Yo creo que ella lo sabía, que había oído nuestras conversaciones previas a la Navidad y sabía cuál sería mi regalo y debió decidir que ella no se iba a someter a la misma tortura a la que llevo sometiendo a propios y extraños desde ese día en el que los Reyes Magos me trajeron por fin mi anhelado regalo y ella decidió desaparecer. En realidad nos dejó la víspera de Reyes, ni siquiera quiso ver los regalos.
Nana, un pequeño cachorro recién llegado a la familia |
La traca final era lo peor para Nana |
En nuestro pueblo también había habido cabalgata y aquí siempre la acompañan con un gran castillo de fuegos artificiales y petardos en el parque que hay cerca de casa. Este estruendo habitual en fiestas de cualquier tipo aterrorizaba a Nana que solía esconderse en el rincón más interior de la casa.
La Cabalgata |
Se moría de miedo con los petardos, no podía controlar sus nervios y hoy, víspera de Reyes, se había escapado porque estaba sola y no había nadie en casa para consolarla.
Nunca se metió en la piscina |
1997 - Con Clarita |
Eso había sido casi ocho años atrás. La trajo Antonio en una cajita; era un pequeño cachorro de cocker spaniel negra y peluda, blandita como un pequeño Platero, que lloraba por la noche como un bebé abandonado porque ya no estaba con sus hermanos ni con su madre.
Poco a poco se fue acostumbrado a estar con nosotros y, como siempre pasa, nuestra perra Nana se convirtió en un miembro más de la familia y en muchas ocasiones ella condicionó nuestros viajes, fiestas, fines de semana y vacaciones. Pero supo hacerse un sitio en el sofá, en su caseta del patio, en el borde de la piscina y en nuestros corazones.
1993 Con Pedro |
La vigilante de la piscina |
Este maldito año del COVID he recordado muchos días a Nana porque sé que hubiera sido muy feliz sin los cohetes de la feria de verano, de los carnavales o de las Navidades. Sé que le hubiera gustado estar con nosotros en casa durante las larguísimas semanas de confinamiento cuando la hubiéremos obligado a servirnos de excusa para salir a la calle varias veces al día. Ella, que se volvía loca de alegría cuando me oía abrir el cajón de la cómoda donde guardaba su correa de paseo. Daba tales saltos que no había manera de ponérsela. Ella lo habría pasado en grande tumbada en el sofá, compartiendo la tele con nosotros y mirándonos con ojos extrañados.
Este año hubiera sido su año.
Con Ara y Joan - Vigilando |
Por lo menos se libró de no aparecer como motivo principal de mis fotos caseras en la colección de Instagram de cachorros y otras hierbas, porque justo ese año los Reyes Magos me trajeron mi primera cámara digital, mi pequeña CANON IXUS, que aún era muy primitiva y que hacía las fotos con tan poca resolución que mas que fotos parecían ilustraciones de un catalogo de punto de cruz porque se le notaban los pixeles a las imágenes. Pero yo ya, sin preocupaciones sobre carretes y revelados, empecé a disparar como loca a todo lo que tenía alrededor - y a tod@s l@s que me dejan - y desde entonces aun no he parado.Aqui teneís una de mis primeras fotos de entonces:
Y esta es su historia, la historia de nuestra perra Nana que salió corriendo de nuestras vidas antes de que yo le pudiera apuntar con mi cámara de fotos.
Mirad qué feliz con mi IXUS |
--Tu, ¿de quien eres?-- nos preguntábamos las dos |