Este verano por fin he decidido arreglar la aspidistra, la pilistra para entendernos mejor. Ya llevaba años mirándola estropearse poco a poco y llenar el rincón de enormes hojas secas y pinchudas. Hace dos días decidí que era el momento.
En su mejor época |
La pilistra tiene su historia: yo la heredé de tía Mariana. La trajimos en nuestro caluroso LADA ruso - preparado para las gélidas estepas siberianas sin aire acondicionado, por supuesto - en el viaje que hicimos a Linares a recoger algunas cosas que aún quedaban en la casa de las tías .
Trajimos unos cuantos jarrones de opalina y algo de loza: viejos platos y fuentes desportilladas de la Cartuja de Sevilla, una cesta grandota de mimbre que se desfondó apenas le metí dentro unas telas, y también me traje las dos descalzadoras que estaban en su dormitorio y que un tapicero, amigo de mi hermano Nicolás, arregló y tapizó tan bien que yo las disfruto cada día en mi dormitorio. Incluí en este porte una de las muchas pilistras que adornaban su patio.
Loza vieja de la Cartuja de Sevilla |
Cada vez que mi madre venía a vernos me decía, --Esa pilistra está demasiado grande; tienes que partirla.
Nunca la partí y ella siempre seguía diciendo lo mismo, --Esa pilistra está demasiado grande; tienes que partirla.
Ya antes de que ella hablara, cuando entraba por la puerta de la casa, yo ya sabía lo que me iba a decir y así mismo sabía lo que iba a responderle, --Ya lo haré mamá, ya lo haré.
Inmensa, llena de polvo y hojas secas |
Ayer quisimos arreglarla y murió, la matamos. No era nuestra intención: cuando le cortamos todas las hojas para ver si podíamos, por fin, partirla, nos la cargamos. Muerta. FINITA.
Me he quedado con unas cuantas hojas verdes que he puesto en un florero, pero éstas no son de las que echan raíces, así que no podré tener más macetas de pilistra de origen Mariano. ¡Qué más da!
Se acabó la historia de la pilistra de tía Mariana.
Mis libros de Orwell, ahora buscaré el de la Aspidistra |
En mitad de la operación de poda total de la maceta recordé un libro de George Orwell, Keep the Aspidistra Flying de 1935, En español la novela se llama Que no muera la aspidistra.
Y me dije, ya está, ya lo he hecho. No he seguido los consejos de Orwell.
La Wikipedia explica ese extraño título de la novela de George Orwell: en la Inglaterra victoriana las únicas macetas que podían sobrevivir al débil sol inglés y al sórdido aire que se respiraba en las casas debido a la calefacción por chimeneas, las lámparas de aceite y a las hornillas de carbón, eran las pilistras, las puñeteras pilistras, las macetas que aquí en Andalucía decoraban esos patios maravillosos con pozo, mecedoras de mimbre, un pilar y unas señoras con abanicos dándole a la lengua.
Para nosotros, en Andalucía, las pilistras son las macetas de los zaguanes y los patios, pero para los ingleses las pilistras eran las macetas de las casas de la pequeña burguesía con pretensiones de elegancia, pocas ambiciones sociales y muy mediocres y eso se prestó durante mucho tiempo a chistes sobre pilistras que aparecían en las comedias, en las revistas satíricas o en las series de televisión posteriormente.
Patio andaluz con pilistras y pozo |
Obviamente las pilistras dejaron de ser las únicas macetas posibles en las casas cuando se acabaron la chimeneas y las cocinas de carbón y yo, de hecho, nunca he visto una pilistra en las casas que he visitado en Inglaterra.
Pero la novela de Orwell, como todas su obras, contiene un crítica permanente en su argumento contra la sociedad del momento. Según la Wikipedia, de nuevo, " El título puede interpretarse como una exhortación sarcástica. en el sentido de "¡Hurra por la clase media!"
Encontré otra explicación en una pagina del Grado en Periodismo de la Universidad de Zaragoza
"Conociendo a su autor, militante del POUM, teniente en las Brigadas Internacionales e integrante de la Home Guard, podemos plantearnos un doble significado de lo que la aspidistra significa. Por un lado, tenemos esa planta, símbolo de la burguesía y de la resignación a una moral impuesta por las clases dominantes. Por el otro, nos queda la incógnita de si el periodista hizo alguna conexión con la Aspidistra Británica, una transmisora de radio de origen estadounidense encargada de esparcir propaganda negra. Al igual que ocurre con el personaje de Napoleón en Rebelión en la Granja, Orwell no dejaba cabos sueltos."
Una planta con mucha historia, como podéis ver.