martes, 3 de octubre de 2017

La cápsula del tiempo



Museos Vaticanos -Roma



Si hubiera sabido que mi postal desde Roma iba a tardar tres años en llegar a su destino no habría escrito en ella unas palabras tan simples como las que redacté aquel día para  mandarle recuerdos a mi madre desde nuestras vacaciones en Italia en octubre de 2014.
La Columnata de Bernini
 
Turistas = postales
Mi postal desde Roma
El caso es que yo tenía que haberme imaginado  que esa postal no llegaría nunca a su destino, o llegaría a China en lugar de a Granada, porque cuando pegué el sello que había comprado en el mismo kiosco que la postal, me di cuenta enseguida de que no era un sello de la Poste Italiane, sino una estampita sin nombre ni precio.   
La estampita

Cuando le pregunté al paquistaní que atendía a los turistas por qué me había dado ese sello, como toda respuesta me señaló una caja de plástico rojo con una ranura, donde no había ni un solo símbolo, logo o letra que indicara que aquello era un buzón de correos, para que echara allí mi postal ya 'franqueada'. Eso hice. 
Pero ya sabía que aquello no tenía buen aspecto.


Estaba claro que aquella caja roja era una Cápsula del Tiempo como las que se entierran en los cimientos de los edificios importantes para abrir dentro de 50 o 100 años.

Pero alguien no ha querido esperar tanto tiempo y ha abierto la Capsula hace poco y ha decidido enviar ahora la postal a su destino.
Llegó la semana pasada al buzón de mi madre y dio la casualidad de que yo lo abrí, y me encontré a mi misma tres años atrás en un caluroso día de otoño paseando por las calles abarrotadas de turistas de Roma, emocionada por la experiencia que estaba viviendo,  también cansada y desconcertada porque ni sabía cómo comprar un sello, ni cómo pagar el billete de autobús, pero disfrutando de cada pizza y cada vaso de vino, de cada monumento, calle, fuente, ...

Pio VII me hizo

A pesar de este lapsus temporal de mi postal, volvería ahora mismo a Roma. 
 
Galerías del Coliseo

Una fuente en el Vaticano


Volvería siempre. Creo que todos sabéis por qué.