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lunes, 25 de abril de 2022

Un circo de dos pistas

Precioso vestidos de verano fuera de mi alcance

 No me gusta el cambio de temporada de estos días, nunca me gustó. Ahora las cosas son diferentes pero cuando era adolescente odiaba el cambio de temporada:  no tenía ropa para enfrentarme al buen tiempo y no tenía dinero para compras. Durante el invierno aguantaba la ropa que usaba porque todas vestíamos igual aunque no lleváramos uniforme al colegio.  Íbamos siempre discretas, modositas, con jerséis hechos por nuestras madres, vestidos confeccionados en las casas por la costurera, un vestido especial hecho por una modista, algo nuevo en época de rebajas, chaquetas y abrigos heredados de una tía o de una hermana mayor, faldas por debajo de la rodilla, nada de pantalones y con calcetines hasta el viaje de estudios de sexto.

Bragas de cuello alto

La ropa era para mí una pesadilla. Ir de compras con mi madre otra peor. No soportaba que en la tienda ella dijera; --¿Qué tienes para esta pollita?  Ni me venía bien la talla grande de niña, ni la pequeña de señora. Era una pollita.

Las camisetas de ahora, de miles de colores

 Entonces en las tiendas no había ropa informal y juvenil para nosotras y además había muy pocas tiendas de confecciones. No se hacía ropa joven y por supuesto no se hacia ropa interior apropiada para jovencitas. 

Un circo de dos pistas

 

Los sujetadores eran enormes. Como dice la mujer de Marlon Brando en La Condesa de Hong Kong cuando saca de un cajón uno que le habían traído a Sofía Loren porque se metió de polizón en el barco con solo un vestido de fiesta: --¡Esto es un circo de dos pistas!  Así eran: grandes, rígidos, puritanos. Y las bragas, cuando ya no tenías edad para usar las de crochet hechas por la madrina o la tía apañada, eran de algodón o de espuma, tan altas que eran casi de cuello alto.

No había vaqueros, no había camisetas modernas - no las interiores de tirantes o de manga larga siempre blancas- ni mallas o pantalones de deporte, ni zapatillas de deporte, solo las bambas con las que hacíamos la gimnasia, luego llamada educación física.  Por no hablar de los puchos (pololos) que nos hacían ponernos bajo la falda del uniforme de gimnasia.

 La ropa que ahora casi te regalan en las grandes cadenas textiles no existía, y si algo había no estaba al alcance de las economías de la clase media. 

Batas, fajas, sostenes - Un horror
Ahora sí hay medias bonitas
 Las medias eran un artículo de lujo, además de ser feas e incómodas. No había panties, no había calcetines de media. Las ligas eran una penitencia que yo usaba para sujetar mis medias cuando no tenía más remedio.


De adolescente, mi madre me obligaba a llevar faja - o porque mi barriga ya fuera entonces prominente, o porque una faja era la mejor defensa para un posible ataque por parte de un posible novio. Lo bueno es que le podía enganchar esos artilugios diabólicos - ligueros-  y me sujetaba las medias más cómodamente que con las ligas. Después supe que aquellas infraestructuras eran sexy. ¡¡Para mí eran lo más parecido a un cilicio!!

Viaje de Estudios a Mallorca - Nuestra ropa en 1969

Además existían las combinaciones y los forros para que la ropa no se trasparentara. Joder,  si cuando yo tenía 16 años, ¡¡llevaba más capas que una cebolla!! Sostén, camiseta, bragotas, faja, combinación, camisa, jersey o rebeca, medias y falda, ¡¡y falda por debajo de la rodilla!!

De mayor, durante mucho tiempo, sentía que iba desnuda cuando solo me ponía las braguitas, ahora sí, y un  vestido ligero de verano. 

No, definitivamente, la ropa y yo nunca hemos sido muy amigas.

miércoles, 6 de enero de 2016

NUNCA TE COMPRES UN CONJUNTO QUE CUESTE 30€



Porque aunque te parezca barato, te resultará caro el día que compruebes que en todo el invierno te lo has puesto solo dos veces: aquel día que le quitaste la etiqueta y saliste con él a la calle sin mirarte en el espejo y el día que te lo probaste en los agobiantes probadores de El Corte Inglés el día de Black Friday, cuando había mas compradores compulsivos en aquellos pasillos y cubículos reducidos sin apenas espejos que en el primer día de las Rebajas de las de antes.
Hecho en Camboya

No me pasó lo mismo con otro conjunto que me compré, este sí en las Rebajas de las de antes, pero hace veinte años. Entonces yo tuve la santa paciencia de ir unos días antes a la tienda. Con toda tranquilidad elegí las prendas que me gustaban, me las probé en probadores amplios, luminosos y hasta con espejos favorecedores, y comprobé que los colores de los dos pantalones, la falda, la chaqueta y el twin-set eran combinables entre sí.
En el Molino del Rey -Alcalá
Entonces, el primer día de las Rebajas, a primera hora de la mañana, allí estaba yo como la más valiente dispuesta a no dejarme nada pendiente. Conseguí mi botín y me fui tan contenta y me resultó una compra rentable por la cantidad de veces que me puse toda aquella ropa.
Sintra 1994 - ¡Mira qué contenta!
El conjunto rosa que sale en miles de fotos mías  era ese. Mi falda azul marino de paño inglés todavía está en mi armario y a veces me la pongo aunque le aflojo un poco el cierre.

Monasterio de los Jerónimos de Belém

Lo demás ya desapareció hace años, pero es verdad que estas compras fueron hace 20 años, o más!.

Del otro conjunto, del de 30€, hace poco más de un mes y ya me pica tenerlo en el cajón. ¿Cómo es posible que te vendan dos jerséis, uno de manga corta y una rebeca, lo que es un conjunto, de lana con mezcla de fibra, de un color mono y de temporada, por solo 30€? ¿Cuál es el truco? Yo os lo diré: están mal hechos. Se me sale el cuello por el escote, se me descuelgan de los hombros las mangas cortas del jersey y las mangas largas de la rebeca me tapan las manos y es baboso como si lo hubiera metido en suavizante y además crece y crece cada vez que me lo he puesto, y como apenas lo he usado no he tenido que lavarlo aún. Temo que el día que lo meta en perlán y aumente de tamaño como para que se lo ponga el oso Yogui
oso Yogui
o encoja para hacerle un vestidito a la Nancy.


Es que a mí me gustan los conjuntos aunque se vean cursis. Yo guardaba muy buen recuerdo de mis dos twin-sets anteriores. El de las maravillosas rebajas bien planificadas y el que llevé al bautizo del primo Javi en Begíjar.
El Bautizo de Javi
En este último caso yo debía de tener unos nueve o diez años y no recuerdo bien el color pero se que me quedaba bien y que era mono por la famosa foto familiar del bautizo. Aquí la tenéis.


La verdad es que ya no hacen conjuntos como los de antes, o,  al  menos, una no debería creer en los milagros. O por lo menos debería haberme leído este ingenioso e interesante artículo de Carmen Chaparro sobre los engaños en que caemos en temporada de ofertas y rebajas. Venía en el YO DONA del sábado pasado: "LEER ANTES DE LAS REBAJAS".  Os lo recomiendo.

 En fin, os deseo que los Reyes os hayan traído muchas cosas y tengáis unas 
¡ BUENAS  REBAJAS!!

sábado, 1 de febrero de 2014

Maison Empereur


¿Necesitas un cepillo para zapatos de ante, un hervidor de huevos, un termómetro de congelador, unas pinzas para hielo, una tostadora para castañas, una caja para los útiles de limpiar zapatos, un canotier, una escalera de mano, una cortina para la puerta del patio, un foulard, unas pantuflas, un  cuenco de loza de la de antes, tela para hacer trapos de cocina, la mejor sartén que nunca hayas visto, una navaja suiza, un juguete autómata, una maravillosa cocotte para hacer pollo, un cacharro para partir en rodajas los huevos cocidos, unos pinchitos metálicos para hacer rollitos de ternera?
Maison Empereur
Cucharas para todo

Hervidores de huevos
¿Quieres jabón de Marsella hecho de verdad en Marsella? ¿Una hamaca? ¿Un taburete? ¿Una brocha de afeitar? ¿Una cesta para el pan, la ropa, los trastos, los juguetes, la compra? ¿Un rollo de cuerda gruesa, fina, mediana, para cocinar? ¿Cordones de zapatos? 
 



adid a esta larga lista cualquier cosa que se os ocurra para el hogar, excepto muebles.  Y todo, todo, todo (como dice Lucas) lo podréis encontrar en La Maison Empereur, un lugar mágico e imprescindible en Marsella. Esta inmensa tienda se encuentra repartida por varios locales comerciales que están comunicados entre si como un extraño laberinto en el Cours Saint Louis, en el centro de Marsella.Es una tienda llena de cacharros y de historia, se fundó en 1827 y algunas partes e incluso objetos parecen  de esa época, pero el resto es actual con aire clásico y de buena calidad. Los dependientes son muy amables y te ayudan a orientarte en ese laberinto y encuentran todo lo que andes buscando, aunque se lo expliques con un francés tan macarrónico como el mío.

Aquí está el mapa
No os la perdáis. Merece mucho la pena.


Flores en el Boulevard Michelet

Pero si queréis comprar flores, comida o ropa, entonces id a los mercadillos que cada día se pueden ver en el Boulevard Michelet o en el Boulevard Prado, o en otros mercados de verduras y frutas también del centro. 

Otro día os hablare de los maravillosos mercados franceses.

Frutas en Prado

domingo, 13 de diciembre de 2009

Un viajecito a Malaga


Fue la semana pasada, aprovechando el megapuente.
Primero, un tranquilo paseo por la calle Larios. Las tiendas estaban cerradas pero todo el mundo estaba en la calle disfrutando de una temperatura mas de verano que de invierno, y viendo la decoración de Navidad y a la gente que ofrece su arte, su mimo, su musica o sus bailes a los paseantes.
A mi me encantaron este par de viejetes, uno a la guitarra y el otro al zapateao, en la Plaza de la Constitución. Más abajo había un hombre-árbol, y enfrente una orquestina tocaba pasodobles y entraban ganas de salir a marcarse uno.
Música en calle Larios
En los jardines había casetas de productos navideños y unos quioscos  de libro de ocasión que hace dos semanas estaban en Puerta Real, y a los que un día de estos me acercaré a preguntarles cuanto me dan por los libros que tengo en el sótano en cajas y que nadie nunca leerá. O se los daré gratis.
Souvenirs de goma
Merchandising andalú
Entramos en una preciosa tienda de productos andaluces cerca del Museo de Picasso. No venden ni aceite de oliva, ni mostachones de Utrera, ni botellas con forma de flamenca. Asombrosamente tienen un 'merchandasing andaluz' de lo mas cool. Os enseño un souvenir de los Dólmenes de Antequera para que os hagáis una idea. También compré un libro de poesía por un euro. No se si era por las rebajas o por las subvenciones de la Junta.
Y luego ya comenzamos con las cervecitas y las tapitas y, como remate, una maravillosa comida de ensaladas en la Plaza de la Merced.
¡Qué calor!!
Hibisco

Y luego tras un pequeño descansito (con foto de sus macetas incluidas) en casa de estas dos guapas chicas de la foto de más arriba,  a casa...

Y por el camino, vimos cómo se ponía el sol.Un día perfecto.
Gracias a Ara y Yaiza, y ¡muchos besos!

domingo, 2 de agosto de 2009

Cuéntame

Templo moderno: Illa Carlemany - Andorra
Centro Comercial en Andorra
Hace unos años la gente iba a Andorra a comprar platos de duralex, mantequilla de lata, cigarrillos, alcohol y artículos de perfumería. Luego, los visitantes a Andorra iban a comprar cacharros de electrónica. 
Pero los Andorranos descubrieron que le podían sacar más partido a la nieve que les caía encima cada invierno e hicieron estaciones de esquí en casi todos los pueblecitos que tenían. Como eso tampoco rentaba tanto, se dieron cuenta que aun se podía sacar mas dinero si vendían apartamentos a estos esquiadores o turistas estacionales.
No sabría deciros cuándo descubrieron que la mejor manera de sacar 'pelas' era guardando los 'ahorros' de los españoles con posibles - futbolistas, artistas, tenistas, pintores, baronesas, etc. Pero eso es otro tema.
Andorra - la ciudad
Vistas al atardecer
Ahora sigue habiendo miles de tiendas, hay montones de estaciones de esquí y las urbanizaciones de adosados o bloquecitos de pisos trepan por las laderas de las montañas de este pequeño país. Los bancos, también ocupan lugares importantes en las principales calles de la ciudad.
A pesar de este 'desarrollo' tan rápido y tan evidente, aún quedan preciosos rincones por los que pasear en bici o a pie.
6.-El camino
Panorama andorrano desde mi bici

Merece la pena ir hasta allí. Ya os enseñare mas fotos. Ya os contaré.

sábado, 29 de noviembre de 2008

La crisis

Según se va acercando la Navidad parece que la crisis se va notando mas cada día que pasa. De hecho las ultimas veces que he ido de tiendas me ha sorprendido ver la poca gente que hay. No se si será por el frío, por las obras de ayuntamiento en las calles mas céntricas o las del metro por el camino de Ronda o porque estamos a fin de mes.
Y hablando de llegar a fin de mes, esta pintada que podéis ver en la entrada de la autovía a la rotonda de Neptuno es de lo mas expresiva. Tiene su gracia, ¿verdad?

Y para apropiado el nombre de esta autoescuela:



Y para alegraros la vista a mis lectores, acompaño una fotografía de un cuadro de María Teresa Martin-Vivaldi, que expone en la galería Cartel. Recomiendo una visita. Está en la calle Pedro Antonio de Alarcón.
Aquí está. Por solo unos 4000 euros es vuestro. A mi me encantan sus cuadros. Evidentemente me limito a admirarlos de lejos. ¡Que tengais un feliz fresco fin de semana!