Caminaba por un pasillo con puertas a ambos lados. Yo me
dirigía a la del fondo porque sabía que tras la última puerta estaba mi
solución, la clave que me explicaría por qué yo era como era, pero aquellas
puertas entreabiertas me atraían tanto que me hacían demorarme en mi misión.
En la segunda me perdí en un laberinto de papeles y burocracia.
Más adelante caí en el encofrado del
aparcamiento de un edificio en construcción y caminé entre columnas de placas metálicas
rellenas de cemento.
No sé por qué elegí la siguiente puerta, allí todo estaba oscuro y se oían
susurros misteriosos. Un hombre con barba muy recortada de color castaño oscuro
y ojos marrones claros me dijo que entrara y él me llevaría al éxito. ¿Qué es el
éxito? --pregunté. El solo sonrió y yo volví al pasillo.
Pasé por un parque infantil. Los niños no me miraron.
Llegué a las estrellas y allí me perdí durante mucho tiempo.
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