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lunes, 7 de octubre de 2019

Hilos de colores

Cuando llegué a casa de mi madre me la encontré preparando la comida de ese domingo. Tenía invitados pero prefiero no recordar quiénes eran.
Ella estaba en la cocina rellenando unos volovanes con esa bechamel que ella sabe hacer tan cremosa y sabrosa. Para segundo plato me dijo que tenía solomillo de cerdo y cuando entré en la cocina lo estaba atando para saltearlo y cocinarlo con cebollitas y buen vino. Lo tenía encima de la tabla de madera y vi que estaba utilizando hilos de colores; los sacaba de unos pequeños ovillos que tenía en una de sus maravillosas cajas de lata de su cuarto de costura. Eran los restos de sus labores de perlé que han ido sobrando de todos los jerséis que ha hecho en su vida. 
 
Hilos de colores

 --Pero mamá, ¿no ves que esos hilos tienen colorantes? No son apropiados para comérselos. Eso no es el colorante de la paella. Puede ser peligroso.
Hilos en el puente del ten en el Cerrillo de Maracena
 --Llevo haciéndolo toda la vida. ¿Qué más da?-- dijo ella.   --Todo se cuece. No pasa nada porque use hilos de algodón de colores. Mira todos los que tengo, nos los voy a tirar. Más sabor le darán, si acaso.
 
¿Para qué iba a discutir con ella? Lleva toda la vida haciendo lo que le sale del alma. Pero me fui a casa dándole vueltas a la cabeza. Seguía pensando en el asunto de la seguridad alimentaria, ahora que se habla tanto sobre el tema, mientras preparaba una ensalada para la comida de hoy.
Cuando saqué del frigorífico los huevos que cocí ayer para pelarlos y echarlos a la ensalada, sonreí al ver las caritas que había dibujado en ellos.
C de cocidos - en el frigo
Huevos con caritas
No sé por qué critico a mi madre si yo tengo la desfachatez de usar un rotulador indeleble, del de marcar los DVD, en los huevos cocidos para distinguirlos de los crudos. Empecé haciendo una C de cocidos, y más tarde la C se convirtió en una boca sonriendo, poco a poco me animé y ahora les dibujo ojitos, nariz y hasta un poco de pelo.
De tal palo, …

lunes, 7 de marzo de 2016

Sillas de diseño


Silla Eames - variación patchwork
Finalmente decidimos comprar mi butaquita en Internet porque costaba menos de la mitad de lo que nos habían pedido por ella en la tienda de muebles. Y cuando la trajeron y la puse en el salón comprobé que era mucho más cómoda, bonita y moderna de lo que yo me había imaginado. Así que estoy muy contenta con mi regalo de Reyes, aunque los Reyes se retrasaron tanto que creía que se habían olvidado de mí.
Mi nueva silla en su rinconcito
Ahora tendré que aguantar durante varias semanas que cada vez que abra alguna página de Internet aparezcan un montón de anuncios de butacas, sillas y muebles a ambos lados de la pantalla.  ¡¡No sé cómo acabar con esta plaga de sillas!!
Yo me sabía la teoría

Gracias a la gran cantidad de páginas webs ofreciendo sillas que se me abren cada día he sabido que mi maravillosa butaquita está basada en un diseño de Charles y Ray Eames, y ahora todavía me gusta muchos más. Yo ya conocía su original y moderna  casa Eames en California, pero no recordaba que también habían diseñado sillas y otros muebles.
 
Sillas Eames  en una tienda
Algo parecido me pasó hace muchos años cuando compré unas sillas para el comedor en una maravillosa tienda de muebles de diseño que había en la Plaza de la Trinidad que, como pasó con otras muchas buenas tiendas de Granada, desapareció sin dejar rastro. 
Entonces, a principios de los 80, el diseño se estaba poniendo muy de moda. Pero yo, como la mayoría de la gente, ni siquiera sabía qué era eso. 

Silla Breuer
Hasta unos años mas tarde no supe que las sillas eran un diseño de Breuer
Por casualidad, en ese tiempo, tuve la enorme suerte de que unos amigos míos que vivían en una casa diseñada por él nos invitaran a Ara y a mi a comer con ellos
Fue una gran experiencia pasar un día en una casa de autor La casa era luminosa, moderna, casi parecía recién hecha, ¡¡y era de los años 30!!
Arquitectura de los años 30- Brauer
Casa Breuer en Eton


Yes, please!
Interior con Ara
Y justo entonces, cuando estaba tan orgullosa de tener unas sillas 'diseñadas' por Breuer, tuve que retirarlas de uso porque estaban totalmente desfondadas. 
Las metimos en el sótano, supongo que me daba pena tirarlas, mientras se me ocurría qué hacer con ellas.
Cestería de San Matías Una tienda favorita
La cestería
Un día, en una tienda maravillosa de cestas de esparto y cosas de mimbre, que afortunadamente aun existe en la calle San Matías, había un cartel que ponía 'Se arreglan sillas'. 
 
Las sillas Breuer en mi despacho
Las llevé y quedaron preciosas, tanto que las puse en mis despacho de secretaria, donde más de una visita a punto estuvo de caer al suelo, porque estas sillas tienen mucho diseño y poca estabilidad, la verdad. - A veces al diseño le pasa eso.
Las sillas en casa de Ara y Yai
Más tarde, cuando dejé el cargo y el despacho,  regalamos las sillas Cesca o Breuer a Ara y Yai, que las lucen con orgullo de poseedoras de unas sillas vintage en su acogedor salón comedor.  
 
Made by Tere
Otra silla de Tere
Y esta era casi toda la toda historia hasta el viernes pasado. Cuando Tere vino a traerme y llevarse unos libros, que ella devora a la velocidad del rayo, vio mi butaca y me contó que justo hacía unos días le vino la inspiración para hacer estos fantásticos arreglos con unas sillas sacadas de la basura. 

¡¡Esto es diseño y no lo que nos venden en los suplementos dominicales!! ¡Bravo Tere!

Silla estilo Mackintosh
 
Digo que es casi toda la historia, porque a mí la silla que me gusta, que me ha gustado siempre y que María Luisa, tía Mami,  me ha dicho que algún día heredaré, es la que yo llamo silla Mackintosh, la de casa de la abuela.
Ahí tenéis la foto, y os aseguro que en el culo de la silla por debajo hay un papel pegado con celo que pone: esta silla es para Pili.

Claro, que si falla tanto diseño, siempre me queda el recurso de comprar alguna sencilla silla de anea como estas, de toda la vida.
¿No os encantan? - Mercadillo de Maracena





miércoles, 30 de abril de 2014

Nos viene de familia

Con la carne que sobra del cocido se hacen croquetas, eso lo sabe todo el mundo; pero si lo que sobran son los garbanzos, entonces se hace 'puré de legumbres' para la cena, o cocido frito (o ropa vieja) con un poquito de tomate y con los otros restos de la pringá. El puré de legumbres para la cena también se puede hacer con las lentejas que han sobrado en la comida. 
Las fuentes de cristal se ponen feas enseguida
Con los restos de la merluza al horno se hace flan de pescado o relleno de empanadillas. Si sobra pollo, bueno, ¡pollo no sobra! Si tienes pan duro puedes hacer torrijas o picatostes para desayunar o, con un poquito de vino y azúcar, picatostes para cenar, o se puede hacer un pudin dulce con huevo, manzana, pasas y azúcar, o se pueden hacer migas, o  salmorejo. Si el pan está demasiado duro, se seca en el horno o al sol y se ralla, para liar las croquetas de antes. 
Antes de que estas y otras recetas parecidas 'para tiempos de crisis' se publicaran en las revistas de cocina, mi madre ya nos enseñaba a aprovechar restos. Si los restos volvían a la mesa sin muchos cambios, mi padre los saludaba, como a viejos amigos, porque 'los conocía de antes'. Pero se los tomaba igual, sin queja porque la vida era así.
No es lo único. Además de reciclar los restos de comida, en nuestra familia reciclamos o reutilizamos muchas otras cosas.

Acericos de retales
¿Recordáis los barriles del Colón?
Bolsa hecha con un jersey de perlé
Es cierto que hemos tenido una muy buena maestra pero algunos han superado esta escuela.
Estos acericos de retales, el barril de detergente convertido en un 'pongotodo' y el jersey reconvertido en bolsa, son algunos ejemplos de las cosas reutilizadas por nuestra madre.
 Ya os enseñado en otras ocasiones las telas recicladas de Tere o las esculturas de Nico . Por si acaso, aquí os traigo algunos ejemplos.
Falda, colcha o tapete de corbatas
 Y también os dejo mi menaje de la casa convertido en macetas para el patio:
Colcha de Tere
Vaca de Puleva de Nico
Una taza con corazones ahora es una macetita
Esta salsera de la Cartuja de Sevilla tiene mucha historia




Elefante de latas - Nico
Una gran imaginación
Un original florero - Bulnes, Picos de Europa
Pastelitos o broches de capsulas de café
Yo, ¡sopa!
La sopera es la única pieza que me queda de una vajilla antigua
Hay mucha gente que reutiliza lo que aparentemente ya no sirve. Aquí solo he traído algunos ejemplos. Como veis, lo mas importante es tener mucha imaginación y creatividad. Esto, como todo, se mejora con la práctica.

Mi manta alfombra de trapillo

 ¿Tenéis pequeños o grandes  tesoros que podamos ver y disfrutar los demás? Seguro que sí.


jueves, 7 de febrero de 2013

Cómo se hace el trapillo



Primero necesitamos sacar la bolsa de las camisetas viejas que íbamos a tirar al contenedor y lavarlas todas para hacer una última comprobación de que no están tan viejas y no se deshacen a tiras. Una vez lavadas, secadas y planchadas, al menos con las manos, se eligen las que sean más grandes y que tengan manga larga. No es que vayamos a tirar las otras, pero empezaremos por las que más cundan.
Aquí tenéis una camiseta beige, de muy buena calidad que nadie usa desde hace años y que lleva rodando de cajón en cajón una temporada tras otra.
Primero, se estira bien sobre una mesa, y se le cortan las mangas a la altura del canesú. ¡Que palabra mas bonita!
Ahora parece un rectángulo, y se cortan tiras en paralelo de unos 2 o 2,5 cms., sin llegar hasta el final.      Esto es realmente lo más importante: Si cortas mal y llegas con las tijeras hasta el final, te saldrán aros de  camiseta, que no sirven para nada, ni siquiera para hacer una tortilla, como servirían si fueran aros de cebolla. 
Cuando todo está hecho tiras, se pone la pieza en el respaldo de una silla o le pides a alguien que te ayude a sujetarla.
El truco esta en cortar en diagonal cuando se tiene esa raspa, de ese modo conectas una tira con la siguiente y al final sale toda la hebra seguida como si fuera un truco de magia, una especie de cinta de Moebius pero desenrollada, algo como la magia que hacia Pablo cuando éramos pequeños.
Esa larga  tira de 'trapillo' se va pasando por las manos para enrollarla e igualarla y finalmente se hace un ovillo y ya puedes empezar a pensar qué vas a hace con tantas camisetas convertidas en trapillo.

Puedes tejer el trapillo ('yarn' en inglés) con agujas del 15 o del 20, como las de la foto. O puedes hacer ganchillo. Al gusto de cada uno.
Yo estoy haciendo una alfombra para el patio, para ponerla encima de las losas recalentadas y poner en ella la toalla para tomar el sol sin achicharrarme por debajo.
Bueno, quizá termine en alfombrilla de baño, o en cesto para las patatas o en bolsa para las nueces. ¿Quién sabe?

Pero ya sabemos que en esto de cuidar el medio ambiente  "Reusing is better than recycling."   Es que en inglés queda mucho mejor.
Ya os enseñaré el resultado final. Espero que sea antes de incorporarme a mis obligaciones habituales.