Perdón por la tristeza, como decía Sabina |
¡Maldito coronavirus! - ¡Está en todos sitios! |
No
saldremos mejores. Saldremos más pobres. A unos amigos informáticos, Jose y Rafa, le han hecho un ERTE. Mis sobrinos, que trabajan en temas de turismo, han perdido sus trabajos,
lo mismo que el marido de la señora que viene a hacer la limpieza, a ayudarme
con la limpieza, que decía mi amigo el progre.
Mi amiga Rocío, donde voy por cuestiones estéticas, acababa de abrir su nuevo 'salón de belleza' unos meses antes del confinamiento. Era un bajo que su padre le había dejado y ella, con mucho primor y todos su ahorros y quizás un préstamo del banco, había convertido en un coqueto salón de estética donde hacer las uñas, la cera, masajes, la pedicura. Todo. La última vez que fui tenía tres chicas contratadas y ella de supervisora y de maestra en el arte de poner las uñas tan largas y arregladas como las de Rosalía. Ahora, qué pasará con ella y con sus trabajadoras.
Qué pasara con Celia, la peluquera del barrio. También ha cerrado porque no puede costearse las nuevas medidas de protección.
Qué pasará con nuestro bar favorito. Si en el pequeño lugar donde el Ayuntamiento le dio permiso para poner su terraza Antonio tiene que poner cuatro mesas en lugar de las ocho habituales, no podrá contratar a Paco, el camarero simpático que nos daba conversación incluida con las tapas y con la cerveza.
Mi amiga Rocío, donde voy por cuestiones estéticas, acababa de abrir su nuevo 'salón de belleza' unos meses antes del confinamiento. Era un bajo que su padre le había dejado y ella, con mucho primor y todos su ahorros y quizás un préstamo del banco, había convertido en un coqueto salón de estética donde hacer las uñas, la cera, masajes, la pedicura. Todo. La última vez que fui tenía tres chicas contratadas y ella de supervisora y de maestra en el arte de poner las uñas tan largas y arregladas como las de Rosalía. Ahora, qué pasará con ella y con sus trabajadoras.
Qué pasara con Celia, la peluquera del barrio. También ha cerrado porque no puede costearse las nuevas medidas de protección.
Qué pasará con nuestro bar favorito. Si en el pequeño lugar donde el Ayuntamiento le dio permiso para poner su terraza Antonio tiene que poner cuatro mesas en lugar de las ocho habituales, no podrá contratar a Paco, el camarero simpático que nos daba conversación incluida con las tapas y con la cerveza.
No
saldremos mejores. Saldremos tan poco solidarios y generosos como siempre
hemos sido. Porque estamos agotados, deprimidos y cabreados y porque nuestros políticos no nos han dado
ejemplo de ser conciliadores y buenos gestores. No entendemos por qué pelean desaforadamente
en un momento como este donde todos deberíamos trabajar juntos. Cada opinión
cuenta, dicen. Pero hay veces que hay que tragarse la opinión propia en beneficio
de todos. Eso pensaba yo antes de la crisis.
Antes
de la crisis también pensaba que en esta primavera veríamos a los nietos jugar en el patio de
casa, que viajaríamos con ellos a una casa rural en Cazorla, que los llevaríamos
a ver la nieve en Sierra Nevada o al Cabo de Gata a ver la puesta de sol o al mercadillo
ecológico del Salón o al huerto de Manoli y Emilio a recoger los tomatitos
cherry. Ahora no los veremos en casa, y tampoco sé cuando los veremos en su nueva casa en Francia.
Así que además saldremos más tristes.
Oh! Your tags are all about sadness, loss, devastation. I agree with you. No one will come out of this better off, and the brief respite nature had will soon be destroyed again.
ResponderEliminarExactly! No reasons to be optimistic!😰
ResponderEliminarNo debería yo comentar aquí esta noche, porque he tenido un día negro, pero no parece que tú lo tuvieras tampoco muy bueno cuando lo escribiste. La verdad es que tenemos fea la cosa y cuanto más mayor eres, peor, pues empiezas a dudar si le verás el final a esto.
ResponderEliminarhttp://el-macasar.blogspot.com/2020/04/despues.html
Hay días malos y días menos malos. Ánimo!
EliminarAhora escribe lo bueno de lo malo. Ya te daré ideas!
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