domingo, 10 de mayo de 2020

Sus frases

Léeselo, Tere, por favor

        Ahora que mi madre solo recuerda con claridad las cosas que pasaron hace muchos años y que normalmente solo habla de cosas del pasado, me contó un día que hace muchos años en la casa del pueblo encontraron a un hombre ahorcado de una viga en el granero - el almacén bajo el tejado donde se guardaban los trastos, las sillas que sacaban en los velatorios y el grano.  Fue Juanillo el que se topó con el muerto y bajó las escaleras corriendo como un loco hasta que llegó al zaguán. Allí le paró mi abuela - ¿Qué te pasa? ¿Por qué vas así? - No le salía la voz del cuerpo, solo pudo decir, - Lo que sea, en la cámara está.

        Y esa fue la frase que se quedó en la familia cuando alguien no quería o no podía explicar qué le pasaba. - Lo que sea, en la cámara está.

        Esa era una de sus muletillas, pero mi madre tenía muchas otras frases que nos repetía una y otra vez para educarnos mientras crecíamos.
Lo que sea, en la cámara está.
        Una de sus favoritas si estaba muy cabreada o si habíamos hecho alguna trastada de las gordas era - Como vaya para allá, te voy a meter un brazo por una manga.  De pequeños eso nos asustaba mucho y nos quedábamos muy quietos, confiados en que no viniera para acá murmurando, - Yo no he sido, ha sido Nico.

        Cuando nos veía vagar por la casa sin hacer nada, ir de silla en silla o de butaca en butaca buscando el rincón más fresco durante la hora de la siesta en verano diciendo - ¿Qué hago? ¡Tengo calor, me aburro! Ella siempre replicaba,  - No se dice me aburro (MEA BURRO). Se dice, ¡orina caballo!  

La hora de la siesta
    Porque eso si que era un encierro, el que aguantábamos nosotros durante las largas vacaciones de verano de la adolescencia en aquel piso, el último del bloque donde vivíamos, sin aire acondicionado y sin ventiladores, con un calor de justicia y un aburrimiento infinito. Yo creo que hasta las paredes sudaban y nosotros - llenos de hormonas - aun más.  
...mata moscas con el rabo
    Si te veía pajarear sin rumbo por la casa o te oía pelearte con tu hermano o hermana porque le habías quitado su tebeo, o se te caían las cosas de las manos de pura indolencia y su jarrón favorito acababa hecho pedazos, ya sabías la frase: - Cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo.

        No soportaba la pereza, ni la vagancia. De ninguna manera aceptaba que nos quedáramos hasta las diez en la cama. A las nueve de la mañana todo el mundo debía estar levantado, vestido y desayunando. Levantarse tarde estaba tan prohibido como tirarse en el sofá con los pies por alto a ver la televisión

        Cuando no podíamos salir a la calle - hablando de encierro - porque hacía muchísimo calor o no teníamos con quien pasear ya que todos nuestros amigos estaban de vacaciones, ella siempre nos encontraba algo que hacer.
Su caja de costura

        Aunque los chicos, los varones, podían jugar al balón en el pasillo, coleccionar chapas de botellas, cromos de futbolistas o tocarse las narices, con las niñas era diferente: ¿Por qué no empiezas una mantelería, un jersey de perlé o te haces una falda, o un camisón?  
    Si no querías coser, había otras posibles ocupaciones: Algo que planchar, lavar, ordenar, cocinar, leer. Si, leer está bien, a ver qué lees, por supuesto.

        Definitivamente, delante de mi madre no podías estar mano sobre mano.

        Y si al final decidíamos hacer una labor entre varias, también miraba a ver cómo distribuíamos el trabajo: - ¡Tres con una hoz, mientras uno trabaja, descansan dos!
        Además, no aceptaba que hiciéramos una chapuza con nuestras 'labores'. Su frase era: - Todo lo que merece ser hecho, merece ser bien hecho. Esta era la favorita de las favoritas porque era una cita literal de la Madre Santo Domingo, su ilustre mentora del Colegio de Monas de las Esclavas al que asistió de pequeña.
    
Consiguió que empezara esta mantelería. La terminé 10 años mas tarde
A ella le habría gustado que cosiéramos cosas prácticas y bien hechas, no las muestrecitas que las profesoras de Hogar, aquellas que la Sección Femenina colocó en los colegios de niñas para que nos controlaran la mente, nos hacían coser un año tras otro. Mi madre opinaba que esas pequeñas muestras con bodoques, fruncidos, zurcidos, ojales, presillas,  punto canario, bordado mallorquín, punto de cruz, vainicas dobles y cosas por el estilo, no servían para nada. Pero nuestras profesoras no opinaban igual. Así que yo coleccioné varios álbumes de muestras de costura tan inútiles como las clases de política que nos daban esas mismas profesoras.

Mis labores
Álbum de punto
 
   A veces mi madre tenía la santa paciencia de comprarnos ropa en las Rebajas sobre todo en la tienda de su prima Sole que nos hacía buen precio. Yo recuerdo avergonzada cuando pedía "ropa de la talla de 'pollita' para estas chicas", - nosotras- , y también  cómo rechazó un precioso vestido camisero de flores que la tía Sole le enseñaba tentadora: - Cómpratelo, Paz. Ya verás lo bien que te queda.  - No, no es para mí, le dijo. -  Es demasiado jacarandoso.  Y no hubo compra.
        Cuando a finales de junio, para San Juan, el calor ya empezaba a apretar de verdad, ella, mi madre, echaba mano de su sabiduría popular para explicar lo que le estaba pasando a la pequeña de la familia, que era aún un bebé: - Cuida a tu hermana, que tiene un poco de diarrea. Ya sabes, - Cuando empiezan las mulas a trillar, empiezan los niños a cagar y para San Juan, tilín tilán.   Mala cosa, lo del tilin, tilan. ¡A darle manzanilla a la pequeña!
        Y así,  un día tras otro, en esos largos meses de verano, el tiempo que iba desde que había terminado el curso hasta que llegaba la hora de irse de vacaciones a la casa que mi padre alquilaba en la Ciudad Jardín de Almería o en la Sierra de Cázulas.
        Allí no había tiempo para aburrirse. ¡Por fin había acabado el encierro!

        ¡¡Pero este encierro parece que no acabará nunca!!

15 comentarios:

  1. Qué bueno Pili. Se lo leeré a mamá seguro que le gustará mucho.

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    1. Genial! Recopila mas de estas frases y ya sabes, ¡a por el libro!

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  2. Pili me ha encantado, yo les repito s las nietas alguna de esas frases, cosas que quedan... y bien nos enseñaron a aprovechar el tiempo y saber hacer cosas. Sigue contando cosas que nos gusta😍😍

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    1. Hola, prima. Me alegro de que te haya gustado. Te mando un beso, y a tus nietas ¡también!

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  3. ¿Sabes lo que decía mi madre para que me levantara temprano también en vacaciones? Pues que "levantarse tarde es de marranas"... Y la siesta era obligatoria, por supuesto. Nada de salir a la calle a esas horas ni tampoco hacer ruido en la casa.

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    1. Bueno, mi madre también tiene/tenía expresiones malsonantes, como esa, que es muy graciosa. Hoy he hecho una selección, pero, como le digo a mi hermana, hay frases para un libro

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  4. Isabel Román-Martínezlunes, 11 mayo, 2020

    Pili, qué bien que te encuentro de nuevo.. desde que quitaron G+ no entraba a tu blog.
    Leyendo tu post he visto claramente vuestro piso de Manuel de Falla. Y, hablando de costura, otra expresión muy presente era: no pongas un hilo tan largo que parece "la hebra de marimoco que cosió siete camisones y le sobró para otro".. Un beso

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    1. Que buena esa de la hebra... Que ingeniosas nuestras madres. Muchas gracias por tu visita, Isa.
      Me encanta que vengas y me dejes un comentario. Un beso para los dos!

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  5. Por fin vuelvo a leerte! Y me encanta.
    Tendrías que hacer el recopilatorio de los ripios, también aplicados.

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    1. Ripios, refranes, letanías, rezos, rosarios, dichos populares, disparates familiares, cosas de siempre, de toda la vida - como aquella de 'Mama, ¿qué me pongo, la rebeca o el abrigo?. Es la historia de nunca acabar.
      Me alegro que te gusten mis cuentos.
      Te pediré alguna ilustración para ellos.

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  6. Pues ya ves, mi madre también protestaba de que en el colegio no me enseñaban a coser ni poco ni mucho, pues las de la Sección Femenina solo nos daban el engendro aquel de "Patria" y los bailes regionales, dejando las labores para las otras profesoras, que no estaban, precisamente, por la labor, y ocupaban la hora de la clase de costura en cualquier otra cosa.

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    1. Con el paso del tiempo dejaron los bailes regionales y se dedicaron al adoctrinamiento más en serio en las clases de Formación del Espíritu Nacional, lo que nosotras llamábamos Política. Aquello de España es 'una Unidad de Destino en lo Universal' - ¿qué querrá decir eso? Aun me acuerdo y me pongo a temblar.
      Ya ves, ¡qué política era esa!

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  7. Más o menos, más bien menos que más que como era sólo... menos mal que me gustaba leer. Una de las frases más graciosas era esa: ¡Como vaya para allá, te voy a meter un brazo por una manga!

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    1. Sí, esa es estupenda. Gracias por la visita Manuel. Que tengas un buen día

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  8. Muy buena historia, gracias por compartirla.

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