martes, 29 de octubre de 2019

Mercados de Sicilia - Palermo


El mercado por las calles. Mercado Ballero. Palermo
Me gusta visitar los mercados cuando voy a una ciudad porque pienso que allí está la vida real de la gente que la habita. 
Con tanto turismo algunas ciudades parecen decorados para los visitantes, pero el laberinto que rodea al mercado, o que es el mercado, como pasa en Palermo, ese laberinto de callejuelas llenas de puestos de frutas, verduras, carnes, pescado y comida para tomar allí mismo son el lugar donde conocer a los auténticos habitantes de la ciudad. 

La gente de la ciudad
En España ahora los mercados son solamente unos lugares donde comer en elegantes gastrobares rodeados por los últimos puestos del mercado original.
 Sé que para la mayoría de los mercados esta transformación ha sido la única forma de sobrevivir a los híper, súper y otras galerías comerciales. ¡Es el progreso!
Berenjenas variadas
Hortalizas de Sicilia
Pero en las ciudades que hemos visitado en Sicilia, en Palermo y en Catania, aun existen los mercados de toda la vida con sus puestos de oferta variada donde perderse por no saber a dónde mirar y qué elegir para fotografiar. Y allí perderse es fácil de verdad porque parecen mercados africanos más que europeos y ocupan calles y callejuelas que es imposible encontrar en los mapas. 

Especias, frutos secos y 'pasta!

En el Mercado Ballaro de Palermo el ambiente era tan africano que en el último puesto un tipo asaba pinchitos en mitad de la calle y el humo y el aroma se extendía y atraía a sus clientes igual que otros vendedores los atraían pregonando su mercancía. 


Oferta variada

Calabacines de mil colores y formas



Pescado en Ballaro

No tengo ni idea de lo que son

Brócolis enormes
Por eso pienso que en el próximo viaje buscaré alojamiento solo en casas particulares, en airbnb y cosas así. Lo que yo quiero es ir con mi bolsa al mercado y comprar tomates, berenjenas, fruta y pescado y no quedarme mirando las maravillosas pilas de hortalizas: coliflores malvas enormes a dos euros la pieza, tipos extraños de calabacines, cebollas multi-coloreadas, berenjenas enanas y gigantes, tomates rojos, verdes y negros. Yo quiero probar esas cosas y quiero aprender a cocinarlas y no  limitarme a comer lo que me pongan en un restaurante.


Pinchitos

Además de los mercados de comida, en Palermo hay otros mercados de ropa y utensilios para la casa, como el Mercado Capo, por ejemplo.
Allí me encontré estos preciosos tapetes que parecen ropa de cristianar (bautizo).
Y me dejé dos mercados más sin visitar. 
Además tampoco pude visitar todas las iglesias, plazas, fuentes o palacios que hay en esta atractiva ciudad. ¡¡Hay tanto que ver!!
Tapetes, manteles ...
 ¡Será en la próxima ocasión!


miércoles, 23 de octubre de 2019

Qué lejos está Sicilia

Estrecho de Mesina
A mi siempre me han encantado los mapas.  Me gusta saber dónde estoy y saber por dónde salen y se ponen el sol y la luna. Me gusta conocer la geografía de los sitos que conozco, aunque odiaba aprenderme de memoria la lista de los ríos y sus afluentes o los cabos y golfos de la costa de España. Lo peor, sin embargo, eran las comarcas de la geografía de segundo de bachillerato: esas letanías de nombres de lugares que nunca iba a conocer me parecían una pesadilla que vuelve a mi memoria cuando a veces sí que paso por uno de esos lugares y entonces recuerdo: Burgos tiene al norte la comarca de la Lora, tierra de páramos y pastos cuyo centro es Sedano...
Ahora que he vuelto del viaje a Sicilia, me he traído unos pedacitos de mis mapas aéreos.

Volcán Etna desde el aeropuerto de Catania
En este viaje he visto el estrecho de Mesina, donde nunca harán un puente porque es un lugar maldito. También he visto los volcanes desde el cielo, el Etna desde el mismo aeropuerto de Catania, donde esperamos dos horas para salir porque ese día se había cabreado un poco. 
El Estrómboli desde mi ventanilla
Tuve la suerte inmensa de ver el pequeño Estrómboli en mitad del mar Eólico en el camino a Milán desde el aire, diferente de como ya lo había visto en el camino a Córcega - desde el barco que nos llevó de crucero con los alumnos hace ya unos años. Ya somos viejos conocidos.
El Estrómboli desde el barco
Nuestro grupo en el crucero
Para mi lo bueno de viajar en avión es que puedo dibujar los mapas con mi cámara de fotos, y así ando menos perdida.

Sol a la salida del aeropuerto de Málaga

Niebla y nubes dos horas después en Milán - Bérgamo






lunes, 7 de octubre de 2019

Hilos de colores

Cuando llegué a casa de mi madre me la encontré preparando la comida de ese domingo. Tenía invitados pero prefiero no recordar quiénes eran.
Ella estaba en la cocina rellenando unos volovanes con esa bechamel que ella sabe hacer tan cremosa y sabrosa. Para segundo plato me dijo que tenía solomillo de cerdo y cuando entré en la cocina lo estaba atando para saltearlo y cocinarlo con cebollitas y buen vino. Lo tenía encima de la tabla de madera y vi que estaba utilizando hilos de colores; los sacaba de unos pequeños ovillos que tenía en una de sus maravillosas cajas de lata de su cuarto de costura. Eran los restos de sus labores de perlé que han ido sobrando de todos los jerséis que ha hecho en su vida. 
 
Hilos de colores

 --Pero mamá, ¿no ves que esos hilos tienen colorantes? No son apropiados para comérselos. Eso no es el colorante de la paella. Puede ser peligroso.
Hilos en el puente del ten en el Cerrillo de Maracena
 --Llevo haciéndolo toda la vida. ¿Qué más da?-- dijo ella.   --Todo se cuece. No pasa nada porque use hilos de algodón de colores. Mira todos los que tengo, nos los voy a tirar. Más sabor le darán, si acaso.
 
¿Para qué iba a discutir con ella? Lleva toda la vida haciendo lo que le sale del alma. Pero me fui a casa dándole vueltas a la cabeza. Seguía pensando en el asunto de la seguridad alimentaria, ahora que se habla tanto sobre el tema, mientras preparaba una ensalada para la comida de hoy.
Cuando saqué del frigorífico los huevos que cocí ayer para pelarlos y echarlos a la ensalada, sonreí al ver las caritas que había dibujado en ellos.
C de cocidos - en el frigo
Huevos con caritas
No sé por qué critico a mi madre si yo tengo la desfachatez de usar un rotulador indeleble, del de marcar los DVD, en los huevos cocidos para distinguirlos de los crudos. Empecé haciendo una C de cocidos, y más tarde la C se convirtió en una boca sonriendo, poco a poco me animé y ahora les dibujo ojitos, nariz y hasta un poco de pelo.
De tal palo, …