martes, 5 de noviembre de 2024

"Crecida" - Blas de Otero

Traigo este poema de Blas de Otero para poner palabras a la desolación que me producen las imágenes que estamos viendo estos días de la tragedia causada por la DANA en el este y sur de España porque yo no se cómo expresar tanta tristeza. He cambiado donde él pone EUROPA, por ESPAÑA y cuando él dice SANGRE, pensad en el BARRO que lo ha cubierto todo.

Con la sangre hasta la cintura
«Crecida»

Con la sangre hasta la cintura, algunas veces
con la sangre hasta el borde de la boca,
voy
avanzando
lentamente, con la sangre hasta el borde de los labios
algunas veces,
voy
avanzando sobre este viejo suelo, sobre
la tierra hundida en sangre,
voy
avanzando lentamente, hundiendo los brazos
en sangre,
algunas
veces tragando sangre,
voy sobre Europa   ESPAÑA
como en la proa de un barco desmantelado
que hace sangre,
voy
mirando, algunas veces,
al cielo
bajo,
que refleja
la luz de la sangre roja derramada,
avanzo
muy
penosamente, hundidos los brazos en espesa
sangre,
es
como una esperma roja represada,
mis pies
pisan sangre de hombres vivos
muertos,
cortados de repente, heridos súbitos,
niños

con el pequeño corazón volcado, voy
sumido en sangre
salida,
algunas veces
sube hasta los ojos y no me deja ver,
no
veo más que sangre,
siempre
sangre,
sobre Europa ESPAÑA no hay más que
sangre.

Traigo una rosa en sangre entre las manos
ensangrentadas. Porque es que no hay más
que sangre,

y una horrorosa sed
dando gritos en medio de la sangre,
y una horrorosa sed
dando gritos en medio de la sangre.

y una horrorosa sed
dando gritos en medio de la sangre,

Blas de Otero

De: «Ángel fieramente humano»

1947-49


viernes, 25 de octubre de 2024

Pelando almendras con Katherine Mansfield

Como toda la vida

Hay muchas formas de pelar las almendras, aunque básicamente el proceso es siempre el mismo. Yo llevo haciéndolo así desde que mi madre me enseñó a pelarlas cuando era pequeña. Ella las ponía a hervir, las aclaraba en el chorro de agua fría y me las daba en un colador. 

 - Pélalas para la gallina en pepitoria, o para los cardos, o para el ajopollo - me decía.

Y yo lo hacía como ella me había enseñado: apretando la piel para que las almendras salieran enteras y no salieran corriendo o volando de mi bandeja.. Lo hacía con cuidado.  Cuando terminaba, le daba el puñadito de almendras blancas , lisas y relucientes, que ella freiría y machacaría con pan y ajo frito más tarde.

 Pero yo no sé describir este proceso de pelar las almendras con tanta belleza como lo hace Katherine Mansfield en uno de sus cuentos. - En la fotografía os dejo el texto para que lo podáis disfrutar.

Lo traduciré - lo prometo

 Leí este libro  Bliss & Other Stories hace unos meses y esta descripción de algo tan sencillo y tan antiguo, me llegó al corazón y le hice una foto para no olvidarla.

Quizás es que recordé a mi madre o quizás solo es pura envidia de saber describir estos pequeños momentos como si se tratara de grandes hazañas de la vida. Pero no todo el mundo realiza grandes hazañas. La mayoría de las personas a lo más que llegamos es a vivir cada día con nuestras pequeñas historias y tratar de saber contarlas lo mejor posible. 

Leedla, leed a Katherine Mansfield. Sus cuentos son pequeños-grandes tesoros.

Almendros en flor - Valle de Lecrín


NOTA: Me resulta extraño que en muchas zonas del mundo no se utilicen las almendras para cocinar, pero aquí, en el sur de España, las almendras son un ingrediente habitual en nuestras recetas de cocina diarias. Supongo que es así porque muchas de estas recetas tienen un origen árabe, y los árabes utilizan mucho este fruto seco. Además, aquí en Andalucía, los almendros se cultivan en amplias zonas de nuestros campos. Son árboles fuertes que necesitan poca agua y pueden soportar temperaturas extremas, por lo que son realmente adecuados para nuestro clima seco. En definitiva, las almendras forman parte de nuestra cultura.
Campos de almendros por NIgüelas
¡No puedo imaginarme no tener almendras, almendros y flores de almendro en mi vida!

miércoles, 16 de octubre de 2024

Jeanette Winterson - El misterio del libro desaparecido

El pasado mes de agosto fui con Elvi y Sara a la biblioteca del pueblo para buscar libros para ellos y alguno para mi y María José, la bibliotecaria de verano, me dijo que yo no podía sacar libros, que mi cuenta estaba bloqueada porque el ordenador dice que hace dos años que saqué un libro y aun lo tengo yo.  Me quedé de piedra.

        - No puede ser, Maria José, yo devuelvo los libros que me llevo. 

La biblioteca en verano: Bajo el agua

        - No,  Pilar. Tienes uno que se llama 'La mujer de púrpura' desde hace dos años.

       - Ese libro no me suena de nada. Además hace justo ese tiempo que yo no vengo por aquí, - dije yo.

        - Bueno, tendrás que esperar a que venga Gabi porque en el ordenador yo no puedo cambiar nada. Aquí dice que te lo llevaste de la biblioteca de El Chaparral y que aun no lo has devuelto.

Sara buscando sus libros 

 Yo no recordaba haber sacado ese libro y menos de otra biblioteca de un pueblo por el que solamente pasaba cuando salía en bicicleta; no entendía nada de lo que María José me decía, pero como vi que no podría sacar libros con mi carnet Sara me dejó utilizar el suyo y pensé que ya arreglaría el tema más adelante.  Me pude llevar cuatro libros a casa y como compensación, María José me dió dos meses de plazo para leerlos.

Ya han pasado dos meses de agosto hasta acá y cuando volví a devolver los libros el viernes pasado, ya se había incorporado Gabi, la bibliotecaria titular.

         -  Tu carnet está bloqueado, Pilar,  porque te llevaste un libro que no has devuelto. Mira a ver si lo tienes en casa.

         - No, Gabi.  Ya se lo dije a María José, yo ese libro ni me lo llevé, ni lo he leído, ni lo tengo en casa.

         - Aquí dice que te llevaste el libro el día 21 de diciembre de 2022.

         - Ya, de la biblioteca de EL Chaparral, dije yo harta del tema.

           Gabi añadió,  - Cuando volví de las vacaciones vi la nota de María José con tu problema  y no me sorprendió ver ese libro en tu cuenta porque es el tipo de libros que tú lees.

             ¿A qué se refería Gabi? 

             Allí mismo consulté la Wikipedia  y descubrí que el libro "que yo he perdido"  es de Jeanette WintersonY cuando leí su biografía, vi que yo había leído dos libros de esa autora. La conocía, sí. 

        - Llevas razón, Gabi. Es mi 'tipo de autora'. He leído dos libros suyos, por distintos motivos. - Mira, -dije-. Y le expliqué cómo había llegado a sus libros.

La niña del Faro

-- Leí 'La niña del faro' porque mi hermana Teresa tenía el libro, me lo recomendó y me lo prestó. Es una historia muy desoladora y triste sobre Silver, una chica que se queda huérfana y la mandan a vivir con el farero ciego en el Faro de la Ira en la costa de Escocia, que le cuenta cuentos verdaderos o reales sobre el faro y sobre distintos personajes.  La novela se mueve del presente al pasado porque o bien el farero Pew tiene más de 100 años, o bien es una estirpe de fareros, de los que guardan y viven en el Faro. Hay muchos personajes extraños:  el reverendo Babel que tiene una amante en Bristol con la que pasa largas temporadas y que tiene dos personalidades y "sirvió de inspiración para el Dr Jekyll Mr Hyde". También intervienen R.L. Stevenson y Charles Darwin. La chica visita una exposición universal en Londres y viaja a Capri, a una isla griega, a Londres… En fin un lío enorme  que no me gustó mucho. 

   --También he leído otro libro de esta autora - le dije, -- uno en inglés, Oranges Are Not The Only Fruit.   Se lo vi a Fátima, la hija de Juan, el que tiene el quiosco de prensa frente a la iglesia, un día que fui a comprar  el periódico. Ella tenía poco público que atender y estaba sentada leyendo tranquilamente. Le pregunté qué leía y me enseñó este libro. Me contó que está estudiando Filología Inglesa y que este curso se lo habían recomendado en la Facultad. Me dijo que le estaba gustando y yo lo busqué para ebook y lo leí al poco tiempo. 

Oranges ... el libro de Fátima

      Es un libro autobiográfico.  La autora nos cuenta que su madre no la llevaba a la escuela cuando era pequeña y le enseñaba a leer con la biblia. Su único mundo eran las reuniones de la iglesia, una iglesia integrista con una mentalidad muy estrecha que le hace vivir en un mundo donde sus únicas referencias vitales son los primeros libros de la biblia, los Caballeros de la Tabla Redonda y las historias del pueblo, un miserable pueblo de los Midlands. La chica consigue salir de este sórdido mundo y se hace escritora. Este fue su primer libro y la hizo famosa. Es otro libro triste que tampoco me llegó al corazón. 

     - Ya ves la conozco y he leído estos dos libros suyos, -le dije - pero no sé nada de La Mujer de Púrpura. Además los leí varios meses después de pasar por la biblioteca, supuestamente a llevarme ese tercer libro

      Gabi se sorprendió de que me acordara de tantos detalles al respecto.

      --Es fácil, le dije. - Llevo un diario  y además escribo una reseña de todos los libros que leo y, para terminar, hago una foto al menos cada día que me sirva para que mis recuerdos no se los lleve el viento.  (Siempre pensé que perdería la memoria cuando me hiciera mayor, como le pasó a mi abuela. -Esto no se lo dije a Gabi, pero es la razón por la que empecé a escribir un diario cuando ya tenía bastantes años.

      --Lo guardo todo, -le dije - y no tengo ni foto de la portada, ni reseña de haberlo leído, ni lo menciono en mi diario, pero te puedo decir cuándo me leí los dos libros e incluso el día exacto en que Fátima me habló de las puñeteras Naranjas. 

        -- Así que puedo decir con la poca seguridad que ya me dejan tener los años que yo no me llevé ese libro y por tanto no lo tengo. Creo que un fantasma con mi nombre fue a la biblioteca del Chaparral y se lo llevó. Y otro fantasma, Jeanette Winterson,  que apareció dos veces en mi vida, ha aparecido ahora de nuevo.   

La decoración de la Biblioteca por San Valentín
 -- Pero si por casualidad o por lo que sea, algún día yo lo cogí, o bien se ha quedado atrapado en un agujero de mi memoria o bien se cayó por un agujero de mi bolsa de los libros, porque en casa no está y yo no recuerdo haberlo sacado, haberlo tocado, haberlo leído

-- Es un misterio saber qué ha pasado con ese libro que yo no me traje,  y quién se llevó ese libro de la biblioteca del Chaparral con mi nombre, por qué hay un libro en mi cuenta que yo no he devuelto. 

Espero que este misterio se solucione algún día. Mientras,  seguiré viniendo a esta biblioteca aunque tenga que continuar usando el carnet de Sara porque me encanta ver qué nuevos adornos las chicas han colgado de sus paredes y porque siempre encuentro algún interesante libro que añadir a mi colección de lecturas.  

Los cinco, los cuatro, los que sean

Esta historia llena de misterio me recuerda a los libros de Enid Blyton  'Misterio en la casa encantada''Misterio del ladrón invisible' y otros por el estilo, que yo leía cuando era una pequeña adolescente.  

Este es el 'Misterio del libro desaparecido'


NOTA FINAL:  Antes de publicar esta larga historia en mi blog, el libro ha aparecido.  Aquí lo veis. No estaba en mi casa. Es lo que os puedo decir.  Como decía la famosa presentadora del programa UN, DOS,TRES, de la tele, que ha fallecido hace unos días, Mayra Gómez Kemp,  'hasta aquí puedo leer'; bueno, 'hasta aquí puedo escribir'.
La mujer de púrpura

lunes, 7 de octubre de 2024

Fiesta en el patio

Todo preparado en el patio

El sábado pasado tuvimos una fiesta en casa para celebrar la recuperación de Pedro y mi onomástica (el 12 de octubre es el día de la Virgen del Pilar). 

Nosotros preparamos algunos platos pero todos colaboraron en  que la comida fuera un éxito. 
Pedro marinó un lomo de salmón, yo preparé rollitos de salchicha con hojaldre según la receta que me enseñó Sara este verano,  salmorejo y unas manitas de cerdo que triunfaron, según me han contado, ¡porque yo ni las ví! 
¿Habrá para todos?
Pablo y Maríángeles trajeron una deliciosa tarta de manzana y una de sus especialidades de verduras: pudin de puerros - riquísimo.  Maricarmen preparó una estupenda ensaladilla de patatas con langostinos y unos originales mejillones en escabeche que estaban para chuparse los dedos. Nico compró una gran bandeja de elegantes canapés en una tienda de delicatessen y una cajita de pastas de té realmente delicadas y dulces. ¡Dijo que no tenía tiempo para cocinar! ¡Y mi hermana Teresa optó por traer unas gambas congeladas que tuvimos que cocer cuando llegó y con las que nos chupamos los dedos!
Un poquito de pan

Pasamos un día estupendo juntos, con muy buen tiempo, mucha comida, algunas bebidas, y muchas risas y charlas. Los pequeños, y alguna de las grandes, incluso se atrevieron a nadar en la piscina. Era su última opción, ya que cerramos la piscina el lunes. ¡Se acabó el verano!

¡Han venido los Reyes Magos!

Aproveché la visita y le regalé a los pequeños Juan y Manuel (mis sobrinos nietos de 6 y 4 años) algunos de los juguetes que Lucas ya no usará. Tenía su permiso, así que saqué del baúl de los juguetes del sótano un tren eléctrico y un avioncito con los que ellos Jugaron  todo el día y cuando les dije que se los podían llevar a casa, me dijeron: - Gracias, tía Pili. ¡Es como si hubieran venido los Reyes!

lunes, 12 de agosto de 2024

Verano de 1974

Subida en una nube

En el periódico EL PAÍS, durante este verano varios periodistas escriben en la última página una crónica de un verano de sus vidas. Puede ser algo feliz o algo no tan feliz. 
Yo también voy a contaros un verano de mi vida porque hace ahora 50 años de aquel verano de 1974.

¨Tenía tantas ganas de ser mayor de edad  que, cuando terminé mi contrato de trabajo en Butlins y pasé tres días en el Albergue Juvenil London Earls Court de Londres,  le dije a la chica de la recepción que tendría que cobrarme un poco más por mi última noche alojada allí porque había sido mi cumpleaños, cumplí los 21, y el precio barato para los menores ya no me lo debería aplicar. Se quedó de piedra, y no puso ninguna objeción y me cobró la diferencia.

El uniforme de kelly, lo que yo era
Es que yo en aquel viaje era tonta de solemnidad, tanto como mi compañera de aquel verano.  Dos bobas medio muertas de miedo que nos atrevimos a vivir la aventura de nuestra vida en una Inglaterra que desde aquí nos parecía el paraíso de los hippies, las drogas, el rock y las minifaldas y pensábamos que la gente joven hacía lo que le salía del alma, porque ellos eran libres, no como nosotros que vivíamos asustados en una sociedad reprimida, pacata y oscura en los últimos años de la dictadura de Franco. Pero sabíamos que solo unos años atrás la gran revolución joven de los años 60, el 'swinging London',  había llenado Londres de hippies porretas y músicos descarados y que aquí estábamos más parados que el tren en Bobadilla.

Maruja y yo nos fuimos a trabajar a Inglaterra con nuestra mezcla de ilusión y de miedo porque era la única forma de practicar y mejorar nuestro pobre inglés. Pero éramos tan ignorantes de casi todo que preparamos el viaje como el que se prepara para ir a Sodoma y Gomorra.  
Para nuestra generación encerrada en cuatro paredes y con un lúgubre futuro por delante, Londres era lo más nuevo, moderno, y exótico a lo que se
Un intenso verano
  podía aspirar, pero nosotras no íbamos detrás de ese sueño. Nosotras, con novio, chicas modositas a punto de terminar la carrera universitaria, solo íbamos a Inglaterra a hablar inglés. ¡Qué cosas pensábamos entonces!

 Como no teníamos mucho dinero y no creíamos que fuera una buen idea hacer un curso en una escuela internas o vivir con una familia, decidimos irnos a trabajar, nosotras que lo más que habíamos trabajado era dando clases particulares a hijos de vecinos o amigos de nuestros padres o la Navidad en que yo trabajé vendiendo bragas y pijamas en la tienda de mis tíos. 

Butliland - Bienvenidos al Paraíso
Así que nos liamos la manta a la cabeza, como hacía mucha gente entonces - de hecho mis amigos de la facultad se fueron de albañiles a una obra a Alemania - y nos fuimos de kellys, de limpiadoras de habitaciones. Pero no a un hotel normal, a un HOLIDAY CAMP.  El Butlin's Holiday Camp de Skegness en la costa este de Inglaterra.  

Nuestro 'campo de trabajo', no de vacaciones

En un aparte os diré que mis amigos en este 'campo de trabajo', estudiantes la mayoría como yo, decían que en aquel lugar había habido un campo de concentración de prisioneros alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Lo parecía. 

Nuestros 'barracones'

La zona donde estaban nuestros 'chalets' o pequeños alojamientos eran unos barracones largos y oscuros donde podrían haber estado los alemanes, pero a mi me parecían perfectos y eso que nuestro pequeño 'chalet' solo tenia dos habitaciones con una litera cada una, una cómoda para nuestra ropa, unas mesitas de noche y un cuarto de baño con retrete y lavabo, pero sin ¡ducha, ni baño!  - Teníamos que utilizar unos baños comunes para las mujeres.  

Pero enseguida me sentí allí como en mi casa. Lo tenía todo:  fotos en la pared, unos carteles, la música de Simon and Garfunkel y muchas risas. 

Allí pasamos dos intensos meses que os contaré despacio en otra ocasión. 

Hoy solo quiero hacer este post, o entrada, de recuerdo porque este verano se cumplen 50 años de aquella fantástica experiencia que parecía que iba a ser una terrible aventura y que acabó siendo para mi uno de los mejores veranos de mi vida.

Claro, que yo era entonces 50 años más joven."  (To be continued)