Hotel Villa Oniria - Antigua casa de los Méndez |
Fantasmas del pasado |
Aunque yo por prudencia no quería contaros nuestras batallitas de entonces, de cuando eramos unas tiernas adolescentes en el Colegio de las Teresianas ni aun os he hablado del reencuentro '50 años desde la revalida' justo el año pasado, ahora, que se que me van a leer, siento que tengo que terminar una historia que dejé pendiente hace ya bastantes años, una historia que sucedió en la Casa de los Méndez en la calle San Antón y que yo empecé a contaros en este blog.
Al otro lado del Hotel Villa Oniria |
Otras ruinas en Granada - algo habitual |
Así que todas conocíamos la casa, y la vimos vaciarse de moradores y más tarde la vimos abandonada y casi en ruinas.
El fantasma de las escaleras |
La historia sucedió cuando mi amigo Antonio, al que habían encargado tomar medidas de la casa para rehabilitarla y convertirla en el hotel que es ahora, encontró un fantasma en la casa.
Él me contó que solía ir a la casa por las tardes, cuando terminaba de visitar las obras en donde trabajaba o de hacer trabajos en su despacho. Se paseaba por aquella preciosa mansión abandonada con sus útiles de agrimensor. No había muebles, solo un piano y algunas sillas rotas, pero algunas cortinas aun colgaban en los grandes balcones abiertos al tráfico de la calle en los días de verano que le tocó trabajar en la casa.
En un salón se podía ver la huella de la chimenea, en otro la chimenea se había mantenido, pero estaba totalmente en ruinas. Muchos años de abandono, de ocupas, de polvo, telarañas y gatos.
Una tarde de aquel verano oyó ruido en el piso de arriba: portazos, pasos, quizá era un gato o varios gatos correteando. De pronto el ruido cambió: se oía música.
Había un pianista en el Monasterio de Ripoll |
Subió despacio las escaleras, silenciosamente. Entró en la habitación.
Un muchacho concentrado en la música tocaba el piano como si fuera suyo, como si llevara haciéndolo muchas tardes o muchos días.
Antonio se acercó - ¿Qué haces ahí?
El muchacho dejó de tocar, se volvió - ¿Quién eres tu? replicó sorprendido de haber sido descubierto.
El pianista explicó que había visto el piano en sus correrías por la casa vacía. Desde hacia unos meses entraba por el tejado, bajaba por una escalera interior y tocaba el piano hasta que se hacía de noche.
Al terminar su concierto salía de la casa por donde había entrado. No molestaba a nadie, nadie le molestaba a él.
Otros jóvenes pianistas |
Me gustaría saber si los huéspedes del Hotel Villa Oniria escuchan en las noches granadinas la melodía que aquel joven pianista dejaba en las teclas del piano solitario.
Todo esto es verdad. Yo solo invento lo que no se.
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