No nos faltarán huevos para este encierro |
Cada viernes de este largo encierro cuando oigo el claxon de la furgoneta de la señora que vende huevos y bollería, salgo a la
calle y le compro huevos como si fuera a poner una pastelería. De paso, saludo y charlo con mis vecinas mientras mantengo la distancia social requerida, claro.
Hoy la vecina del numero 9, ha
salido en pijama y zapatillas y el pelo bastante despeinado. Se ha ido
enseguida diciendo - Os dejo aquí con la charla. Me voy a desayunar.
La Rubia, que vive
justo enfrente de ella, le ha preguntado extrañada- ¿Ahora? ¡Pero si son casi las once!
Ella le ha contestado
- Me levanto tarde. He estado toda mi vida levantándome a las 6.30 de la
mañana para ir a trabajar y ahora estoy disfrutando de la cama y del sueño por fin. Estoy
durmiendo todo lo que no había dormido nunca. Esta feo que lo diga, pero para mí
este encierro está siendo como unas vacaciones. Estoy tranquila en mi
casa y duermo hasta que me da la gana.
Si no fuera por lo que es y por las consecuencias que vendrán después, estaría
feliz de tener por fin estas larguísimas vacaciones. Hasta ahora, solo podía tomármelas
cinco días al año. ¿Qué que queréis que
os diga?
Todo eso lo ha
soltado de un tirón y se ha ido con una gran sonrisa, con una cesta
llena de huevos y un paquete de magdalenas.
SAAG ALOO - guiso hindú |
Yo he pensado que mi suegra también le da las gracias al encierro porque sus hijos ya no la
atosigan con aquello de - Tienes que salir todos los días un rato, mamá. Id María
y tú por aquí cerca a tomar el aire y el sol. Este camino es cómodo para la silla
de ruedas. Vives en una zona peatonal. No hay coches. Hay bancos y niños
jugando a la pelota. Mira, mamá, tienes que salir.
Ahora ya han dejado
de repetirle esta cantinela y ella está feliz viendo la tele todo el día,
como a ella le gusta.
Dorada al horno |
Yo no puedo decir que
me guste este encierro. Es más, estoy al borde de la depresión o de un ataque de nervios, como la mayoría de
mis conciudadanos, creo.
Pero...
Pero...
Tortitas de calabacino |
Pedro ha descubierto,
o yo he descubierto, su autentica afición por la cocina. Antes solamente cocinaba algo especial en ocasiones especiales: choto al
ajillo, 'cake aux olives', tomates rellenos, y amablemente siempre se
ofrecía a hacer de pinche y me picaba todo lo necesario para los sofritos: ajos,
cebollas, tomates, pimientos. Pero solo era mi ayudante.
Ahora, hace guisos cotidianos y ¡le salen estupendamente!
Ahora, hace guisos cotidianos y ¡le salen estupendamente!
Sofrito |
Hoy ha preparado una
dorada al horno. Si no está más rica es porque la pobre dorada ha estado más
de tres semanas en el fondo del congelador, desde que vino en el último pedido online del Carrefour, y tenía
los ojos muy tristes. Pero las alcachofas a la montillana o confitadas, los espárragos
esparragados, el tajine de pollo, las tortitas de calabacino, la ternera a la cerveza, el 'Saag Aloo' y todos los demás
guisos que lleva haciendo estos días le han salido tan sabrosos y tan ricos,
que le he nombrado cocinero oficial de esta casa. Y él ha aceptado mi
nombramiento con una sola condición. Ha dicho,
"NO ENTRES EN LA
COCINA MIENTRAS YO ESTÉ GUISANDO."
Me parece que no
quiero espías, controles, ni testigos de sus éxitos o fracasos. Por mi, le dejo toda la
cocina para él solo. Jeje… lo siguiente es que sea él quien decida también los menús
y por supuesto se encargue de las compras.
Como os decía, este
encierro tiene sus cosas positivas también.
Tajine de pollo |