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viernes, 30 de julio de 2021

Ferias tristes

Con la ilusión de siempre

 Ya han llegado los feriantes al pueblo y han pasado unos días montando las atracciones en el ferial. Ahora ya están las luces colgadas de las calles. Ya está todo preparado.
  Se nos hace raro porque la ultima vez que los vimos fue hace dos años y entonces yo maldije los ruidos de las casetas y las verbenas por la noche y deseaba que nunca más hubiera una feria en el pueblo que me impidiera dormir. 

Los feriantes
Pero como siempre se dice,
no desees algo muy fuerte porque se puede cumplir,
el año pasado se cumplió mi deseo y no hubo feria, ni corpus, ni procesiones, ni reuniones familiares, ni nada de nada. Y el silencio lo llenó todo.
 
Aunque no hemos salido de la maldita pandemia  poco a poco recuperamos costumbres y por eso la feria ha vuelto al pueblo y han vuelto a poner y encender las luces. El ferial está lleno de camiones.
 
El tren de la bruja

Hamburguesería EL COCO
 Hay una pequeña noria, un tiovivo, el pulpo, el tren de la bruja, el balancín; es decir los cacharritos para los niños.
Hay una tómbola, un quiosco de hamburguesas, una barraca de tiro al pato y un gran quiosco de algodón dulce.
Además, el ayuntamiento ha organizado unos pequeños conciertos en la calle para animar a la gente a llenar las terrazas de los bares. 
Y aunque en esta pequeña feria no hay casetas-discotecas para los jóvenes, ni casetas con verbena, ni actuaciones importantes, estamos contentos (aunque tocamos madera) -- ¡Que bien; este año, este verano tenemos feria! 
 
 
Sin embargo no nos engañamos, esta no es la feria de siempre; este no es el verano de siempre. 
 
Llevamos las mascarillas, nos sentamos lejos en los bares, nos saludamos con la nariz o el codo, nos quejamos de los contagios, nos aturden las irresponsabilidades de los jóvenes, nos preocupan los negocios cerrados o con problemas.
Este año la feria es un pálido reflejo de lo que siempre fue

  No, definitivamente no es lo mismo. Este año la feria, las vacaciones y el verano son un reflejo de lo que siempre ha sido. 
Solo confiamos en que este año sí que sea nuestro ultimo año de COVID. 
CUIDAOS



jueves, 13 de noviembre de 2014

Otoño en Granada

Luces y nubes por Alhamar
 Como hacíamos cuando nos confesábamos  hace unos mil años, yo debería decir, "Padre, me acuso de que en lugar de ir a ver a mi madre, me fui a hacerle fotos al río."
Porque eso es lo que yo hice el otro día y por eso llegué un poco mas tarde de lo que se me esperaba. 
La luz en el Genil
Cuando llegué a la calle Alhamar y pude aparcar el coche, después de dar unas cuantas vueltas a las manzanas de las antiguas casas del Barrio Fígares, vi que el sol se estaba poniendo y su última luz caía a plomo sobre esta casa de la calle San Antón, justo donde estuvo nuestro colegio durante unos pocos años. 
Siempre fue una casa señorial y hermosa y cuando la convirtieron en la sede de una de esas modernas escuelas de comunicación y diseño la dejaron realmente bien arreglada. 
Luces en la calle San Antón
Así que me puse a hacerle fotos apenas dejé el tique del aparcamiento en el coche. Y luego seguí a buscar más luz y más fotos junto al puente del río Genil. "No pude resistir la tentación, padre," pensaba yo para justificar mi escapada.
Otoño en el palacio de Congresos


La luz de la tarde en Granada en otoño es muy fotogénica y el río Genil, con el Barranco del Abogado al fondo, los castaños de indias del paseo del Violón, la gente pasando por el puente, los reflejos en los charcos, el color miel de la tierra de albero, todo, queda siempre tan bien en las fotos.
Puente sobre el Genil

"Creo, padre, que mereció la pena." Solo fueron quince minutos, pero fueron rentables. Y no me arrepiento.
Mirad, juzgar por vosotros mismos.
Paseo del Violón




 Creo que vosotros me entendéis ¿verdad?

jueves, 7 de septiembre de 2006

Me encantan las migas

Los cocineros

Sobre todo cuando terminamos una de nuestras rutas en bici y la organización nos obsequia con una gran ración de migas con torreznos, ajos, pimientos verdes y lo que haga falta.
Hoy hemos pasado por Nívar, donde están en fiestas, y en la plaza del pueblo, delante de la iglesia, mientras los chavales tenían ginkanas,juegos y actuaciones, unos cocineros muy profesionales se afanaban preparando dos inmensas sartenes de migas para invitar a todos los paisanos y forasteros que llegaran por allí a mediodía.
¡Que lastima que eran las 11 de la mañana!!! Al menos les pude hacer unas fotos a los preparativos. Y de alli sali con la boca hecha agua pero sin probar ni una sola miga...... Buahhhhhh!!!