Por culpa del golpe de estado, me quedé sin escribir mi tesis doctoral.
Fachada Palacio de las Columnas
No sé lo que me perdí en mi vida profesional por no tener la tesis. Pienso que quizás hubiera podido llegar a inspectora o, como otra profe de mi instituto que sí era doctora, hubiera alcanzado la mejor posición en la lista de profesoras solicitantes para un puesto en un instituto del extranjero y hubiera podido vivir unos años en Roma, o en París o en Lisboa.
O quizás me hubieran llamado para ‘trabajar’ como asesora y experta en aquellas agencias extrañas de algunas Consejerías de la Junta de Andalucía que inventó el PSOE, unas agencias que hacían los trabajos que correspondían a los funcionarios que dichas consejerías ya tenían. Con lo cual duplicaron los puestos de trabajo y los costes de la administración, pero no conseguían doble trabajo realizado.
No lo sé. Pero yo con la tesis hubiera tenido mejor currículum y en lugar de formar parte del Tribunal que vigilaba y corregía los exámenes para alumnos libres de Bachillerato que se sacaron de la manga hace unos cuantos años, hubiera formado parte de la Comisión que elaboró las pruebas. Como la Junta no se fiaba de nosotros, los profesores en activo, creó una comisión solo para elaborar estas pruebas, como creó otras Comisiones para fiscalizar el funcionamiento de los centros, el uso de los recursos, la escolarización o la formación del profesorado.
Estas agencias eran un buen sistema para colocar a sus activos, como dicen los espías en las series de la televisión. Con esos activos, y sus familias y sus amigos, bien colocados se aseguraron los votos durante muchos años hasta que se les acabó el chollo a ellos y llegaron otros.
Ahora me pregunto qué habrá sido de tantas agencias, comisiones, universidades y otras instituciones fantasmas que se sacaron de la chistera. ¿Seguirán aun funcionando con el gobierno de coalición que tenemos ahora en Andalucía? No tengo ni idea. Quizás las critique porque a mí nunca me llamaron para estar en ellas, para soltar la tiza y pasar unos años ‘sabáticos’ a costa de la Administración.
No, yo cumplí con mis obligaciones de profesora de secundaria día tras día durante 38 años, ya sé que como hicieron muchos otros. Hablo de esto ahora solamente porque hoy hace 40 años del fallido Golpe de Estado, y la mierda del pronunciamiento de Tejero me cambió la vida.
El bar de Letras, lleno de leyendas |
Aquel 23-F de 1981 me había citado en el Bar de Letras con Manolo, un amigo y compañero de estudios de Filología Inglesa. Íbamos a ponernos de acuerdo sobre los temas de nuestras tesis; los dos las queríamos hacer sobre Didáctica de la Lengua Inglesa y antes de buscar un director queríamos tener unos cuantos puntos muy claros. Habíamos quedado a las siete de la tarde; yo tenía un par de clases antes de esa hora en mis nuevos estudios de Traducción e Interpretación que se impartían en el Palacio de las Columnas, donde antes estuvo la Facultad de Letras y por eso su bar seguía siendo el Bar de Letras y por eso nos citamos allí.
Pero ni siquiera llegamos a vernos. Tejero entró pistola en mano en el Congreso a las 18.23 y todos nuestros planes se hicieron pedazos. El bar se vació, la Facultad se quedó en silencio. Nos marchamos a casa.
Allí se enterró mi tesis, y la de Manolo, creo.
Aquí podéis seguir la historia, en este programa de RTVE