viernes, 25 de octubre de 2024

Pelando almendras con Katherine Mansfield

Como toda la vida

Hay muchas formas de pelar las almendras, aunque básicamente el proceso es siempre el mismo. Yo llevo haciéndolo así desde que mi madre me enseñó a pelarlas cuando era pequeña. Ella las ponía a hervir, las aclaraba en el chorro de agua fría y me las daba en un colador. 

 - Pélalas para la gallina en pepitoria, o para los cardos, o para el ajopollo - me decía.

Y yo lo hacía como ella me había enseñado: apretando la piel para que las almendras salieran enteras y no salieran corriendo o volando de mi bandeja.. Lo hacía con cuidado.  Cuando terminaba, le daba el puñadito de almendras blancas , lisas y relucientes, que ella freiría y machacaría con pan y ajo frito más tarde.

 Pero yo no sé describir este proceso de pelar las almendras con tanta belleza como lo hace Katherine Mansfield en uno de sus cuentos. - En la fotografía os dejo el texto para que lo podáis disfrutar.

Lo traduciré - lo prometo

 Leí este libro  Bliss & Other Stories hace unos meses y esta descripción de algo tan sencillo y tan antiguo, me llegó al corazón y le hice una foto para no olvidarla.

Quizás es que recordé a mi madre o quizás solo es pura envidia de saber describir estos pequeños momentos como si se tratara de grandes hazañas de la vida. Pero no todo el mundo realiza grandes hazañas. La mayoría de las personas a lo más que llegamos es a vivir cada día con nuestras pequeñas historias y tratar de saber contarlas lo mejor posible. 

Leedla, leed a Katherine Mansfield. Sus cuentos son pequeños-grandes tesoros.

Almendros en flor - Valle de Lecrín


NOTA: Me resulta extraño que en muchas zonas del mundo no se utilicen las almendras para cocinar, pero aquí, en el sur de España, las almendras son un ingrediente habitual en nuestras recetas de cocina diarias. Supongo que es así porque muchas de estas recetas tienen un origen árabe, y los árabes utilizan mucho este fruto seco. Además, aquí en Andalucía, los almendros se cultivan en amplias zonas de nuestros campos. Son árboles fuertes que necesitan poca agua y pueden soportar temperaturas extremas, por lo que son realmente adecuados para nuestro clima seco. En definitiva, las almendras forman parte de nuestra cultura.
Campos de almendros por NIgüelas
¡No puedo imaginarme no tener almendras, almendros y flores de almendro en mi vida!

12 comentarios:

  1. Yo también pelo así las almendras, solo escaldadas, o sea, con un hervor rápido. Así lo hacía mi madre, pero como ella era manchega, luego no las freía, sino que las machacaba tal cual para el pollo con almendras o el bacalao, que también está así muy bueno.

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  2. ... Y lo que no decimos ninguna de las dos es que, mientras pelamos, alguna va para adentro que así, casi crudas, a mí me encantan.

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    1. Eso se da por descontado. A mi me encantan crudas, fritas, tostadas, solas o en un guiso. Riquisimas!!

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  3. Mi abuela, extremeña, lo hacía igual y así se lo enseñó a mi madre y las dos a mí. ¡Qué haríamos sin almendras para el dulce y el salado!

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  4. Y que hariamos sin poder disfrutar de los campos de almendros en flor cuando salimos por ahí? Si salimos, claro!!! Un beso grande!

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  5. Exactamente... Si salimos, porque yo veo pocos almendros, la verdad. Los que tengo más a mano están en el Jardín de los Alixares, que tampoco es que esté al lado de mi casa.

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    1. Cual es el Jardín de los Alixares??? Yo conozco el Mirador de los ALixares, allí por la colina del cementerio....

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  6. Ese, el que subes en un ascensor dentro del cementerio y tiene un estanque en medio.

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    1. https://www.flickr.com/gp/28272464@N07/66Xm898b18

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    2. si, lo conozco. Un lugar muy bien diseñado y perfecto para un rato de silencio y reposo, nunca mejor dicho!

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  7. Siempre asocio los almendros con los primeros viajes a la playa cuando el frío deja de arreciar. Por la ruta aparecen ya las primeras flores, tímidas al principio, y poco a poco van tomando fuerza.

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    1. Exacto, ese es el momento. ¡Qué bien lo describes, hermana!. ¡Cómo se nota que vas para escritora famosa! Un beso

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