"Desde estas altas rocas innombrables pudiera verse el mar" |
Hoy escribo sobre lo de citar fuentes porque ahora, cuando Jairo García Jaramillo ha publicado el libro 'Poesía Reunida' con todos los poemas escritos por Pablo del Águila, decidí releer el único libro que este autor tenia publicado hasta ahora: "Desde estas altas rocas innombrables pudiera verse el mar (1973)".
En en uno de los poemas de este libro, CASIDA DEL AMOR QUE SE FUE Y NO VINO , encontré estos versos:
Libro de Pablo del Águila |
'Pesarosos los ratos antes de
decidirnos
antes de descubrirnos con las
manos vacías y una inquieta sonrisa
- ¿Quieres ponerle algo a mamá,
querido? -
y cada vez mas tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros:
como una vieja historia que se
repite siempre
como una bestia ciega que
pasase mil veces tras de cada ventana"
Como dicen los ingleses, estos versos 'rang a bell' - me sonaban - y recordé esta canción de Joaquín Sabina,
"El agua apaga el fuego,
Y al ardor los años,
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tu
Y cada vez más yo
Sin rastro de
nosotros"
¿Quién los pensó antes? ¿Quién era la fuente?
Encontré esta información sobre la amistad de estos autores de poemas, Pablo del Águila y Joaquín Sabina
Amigos |
Su etapa de estudiante -de Joaquín Sabina- transcurre en Granada donde también comienza a conocer las noches, más de 500. Aquella vida nocturna y juvenil servirían para acumular temática para canciones. Y en Granada vivió también uno de los peores momentos de su vida, cuando un gran amigo maestro y poeta, Pablo de Águila, se suicidó en Nochebuena: "Yo tenía 17 años y eso no se me ha ido nunca de la cabeza, nunca supimos el por qué, era el más guapo, el más listo y el más simpático".
En la
página de la SGAE, en su reseña biográfica se dice lo siguiente sobre Joaquín Sabina:
En 1968 se trasladó a Granada para iniciar sus estudios de Filología Románica; nada más llegar, entró en contacto con un grupo de jóvenes escritores –fundamentalmente poetas– que solían reunirse en la universidad y en los bares cercanos a ella, para desfogar –en tertulias mojadas de vino tinto– sus inquietudes literarias, sus posiciones claramente antifranquistas y, sobre todo, la pasión por la vida y por la libertad que todos ellos compartían.
Entre aquellos jóvenes conoció a Pablo del Águila –poeta que le descubrió a César Vallejo, que le regaló algunos poemas de Neruda, y hacia el que siempre sintió una gran admiración–, a Juan de Loxa –que acababa de poner en marcha un colectivo poético llamado "Poesía 70", del que Joaquín fue colaborador– y a Carlos Cano –que, como él, escribía versos sin imaginarse entonces, ninguno de los dos, que llegarían a convertirse en dos grandes cantautores.
En 1968 se trasladó a Granada para iniciar sus estudios de Filología Románica; nada más llegar, entró en contacto con un grupo de jóvenes escritores –fundamentalmente poetas– que solían reunirse en la universidad y en los bares cercanos a ella, para desfogar –en tertulias mojadas de vino tinto– sus inquietudes literarias, sus posiciones claramente antifranquistas y, sobre todo, la pasión por la vida y por la libertad que todos ellos compartían.
Entre aquellos jóvenes conoció a Pablo del Águila –poeta que le descubrió a César Vallejo, que le regaló algunos poemas de Neruda, y hacia el que siempre sintió una gran admiración–, a Juan de Loxa –que acababa de poner en marcha un colectivo poético llamado "Poesía 70", del que Joaquín fue colaborador– y a Carlos Cano –que, como él, escribía versos sin imaginarse entonces, ninguno de los dos, que llegarían a convertirse en dos grandes cantautores.
¿Lo sabré alguna vez?
Y es que con tanto poeta, escritor, cantautor o autor pululando por los
círculos artísticos de esta ciudad no es de extrañar que la mayoría de ellos se
conozcan e incluso sean amigos, o enemigos, y muchos mantengan una intensa
relación. Eran entonces y son ahora los mismos que siempre aparecen en IDEAL, en GRANADA HOY, en la tele de la provincia
o de la autonomía, en los ateneos, en las asociaciones, en las revistas y, por
supuesto, en los actos culturales que se celebran cada día de la semana.
Que se
conocen, se conocían, se estimaban, se odiaban, se respetaban , se influyen, se
copian unos a otros ….
Yo
solo digo lo que he visto.
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