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La calle Recogidas - Al fondo, la Torre de la Vela |
Hace unos años, desde la Prolongación de Recogidas, al otro lado del Camino de Ronda, se veían los mismos edificios que ahora se ven y se podía ver también la Torre de la Vela como una proa del barco que es en realidad el Castillo de la Alhambra. Pero hace unos años, yo no tenía cámara de fotos y no sabía que era un zoom, y no sabía muchísimas otras cosas.
De cualquier forma, la calle Recogidas es una parte muy importante de mi geografía urbana en esta ciudad porque siempre tenía que pasar por ella; mejor dicho, tenía que subirla o bajarla para ir a casi todos los sitios.
Vivíamos al final de Recogidas, lo cual era vivir donde la ciudad terminaba por el sur. Más allá solo estaba la Vega, la huerta de los Franciscanos y unas casa sociales, las casas azules, en dirección al río. En dirección a la estación sí había mas casas y bloques y algunas tabernas y ventas. Pero el año que el Genil se desbordó y arrasó las cuevas de los emigrantes del campo en el Barranco del Abogado y en el Sacromonte, se podía ver las riada desde la ventana de nuestro piso. Así que habitábamos los últimos edificios de la ciudad. Ahora ese barrio es parte del centro de Granada.
Mi padre siempre vio la calle como una cuesta, al final decía era demasiado fuerte para él y cogía el 5 en la parada enfrente de la gasolinera para subir a Puerta Real. Yo cogía también allí el 5 para ir a clase, de alumna (al Hospital Real) o de profe (al Suárez).
Justo en esa esquina con Pedro Antonio, estaba el Cine Capitol. Con Rafa vi allí la primera película en cinemascope, La Túnica Sagrada, pero era un cine de re-estreno, no como el Palacio del Cine, con el sistema TODD AO, que era el más moderno de la ciudad.
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El Palacio del Cine - Multicines Centro |
Ya no existe el cine Capitol, ni la pastelería Farah, ni el pub Oxford, ni siquiera la eterna librería y papelería TAINE resistió la presión de las franquicias de perfumería, ni existe el maravilloso supermercado MERCANSA, donde mi madre no quería ni entrar porque decía que compraba lo que no necesitaba, ni la perfumería Roma, ni los colegios de niñas en dos edificios grandes y un poco deprimentes que ocupaban una parte importante del centro de la calle. Según se subía, a la derecha, estaba el Carmelo, que tenía un edificio bastante nuevo. A la izquierda, estaba el Calderón, un caserón oscuro que fue de los primeros edificios en ser derribados con la modernidad. Ahora ahí se levantan los edificios CASTRO.
En los nuevos bloques vivían mis amigos y compañeras de colegio y de Instituto. Así que era fácil encontrarse a alguien conocido y subir o bajar charlando, como hacía mi madre cuando ibas con ella de compras y se paraba en cualquier esquina un rato con sus amigas, que también eran del barrio.
Recuerdo bajar corriendo la calle muchas veces 'poco de antes de que dieran las diez'. Recuerdo muchos momentos vividos en esa calle, con la familia, con la pandilla, con amigas, sola, con lluvia, nieve, trafico, con obras, con manifestaciones, andando, en coche, en el autobús, en bici...
Hace unos años le hicieron una gran reforma, que fue muy polémica (algo como lo de Gamonal, pero mas barato), quitaron los aparcamientos de coches e hicieron las aceras mas anchas y la calle se llenó de tiendas de moda. Se convirtió en lo que ahora conocemos; pero antes, las tiendas y los bares eran pequeños, de pueblo, de barrio.
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Mercería Lumigian
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Le llamábamos el Edificio Sofía Loren |
Solo ha sobrevivido un comercio de los de entonces, en la esquina de Martínez Campos: una mercería donde aun se pueden encontrar presillas, botones, hombreras, cintas, entredoses, corchetes, medias...
¡Ah, las medias! Las llevábamos a que les cogieran las carreras a una tienducha que había junto al estanco:'La media lavada queda mejor para ser reparada', decía la bolsita de papel en la que la señora metía tu par de medias con tu nombre.
Justo al lado estaba la Farmacia de Amparo. Como era amiga de mis padres teníamos cuenta y ella apuntaba lo que nos llevábamos. Quizá por eso entrabamos muchas veces a pesar de que las imágenes de los cristos inmensos de su marido, el pintor Benito Prieto Coussent, que había en las paredes eran realmente aterradoras.
El lado derecho era un poco mas moderno. Estaba el Hotel Brasilia. Puro estilo años 60, con su gresite y todo. Poco a poco fue decayendo y hubo unos años en que se convirtió en hotel de mala nota. Luego se convirtió en un bloque de pisos, una residencia femenina y ahora es otra vez ¡un hotel!
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Iglesia de San Antón |
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Palacio de los Patos - Jardín |
Pero el mejor de todos los hoteles de la calle es, sin duda, el Palacio de los Patos. Menos mal que este edificio se salvó de la piqueta. Siempre ha sido parte del paisaje de esta calle. Algo señorial, elegante. Qué bien que aun lo podamos disfrutar porque es de lo poco antiguo que ha sobrevivido. Claro, también sobrevivió la Iglesia de San Antón. Pero eso no cuenta.
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El cine Aliatar
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Y luego, estaba el cine Aliatar.
Allí vi yo todas las películas de Marisol y muchas más. Creo que la última que vi era 'El Paciente Inglés' . ¡Que de recuerdos!
Y para recuerdos, los suizos a la plancha en la cafetería del Hotel Victoria, los churros del Café Guerrero ...
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Garaje REX |
Y otros edificios dignos de reseñar: el antiguo edificio de la ONCE, estilo art-deco, a donde nos acercábamos por la noche para ver en la fachada el número premiado en el cupón del día.
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El antiguo edificio de la ONCE |
También era curioso, por moderno entonces, el edificio del Garaje REX. Con su rampa de acceso a las plantas para poner a prueba a los conductores novatos.
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El sol se esta poniendo |
Algunas advertencias sobre esta calle: En verano el sol se pone por la calle Recogidas. La luz entra hasta el ultimo rincón y cuando vas bajando no ves absolutamente nada más que la luz. Cuando llueve es preciso ir con cuidado porque las baldosas de las aceras son resbaladizas.
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Cuidado con la lluvia |
Si vas en época de Rebajas, es mejor tomárselo con calma. La calle esta invadida por miles de adolescentes que asaltan las tiendas como si regalaran la ropa.
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Moda |
¡¡Es el centro de la moda!!
Y si es Semana Santa el gentío te impedirá llegar mas allá de Puerta Real.
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La Semana Santa |
Pero estoy segura de que vosotros también sabéis otras historias de esta calle que me podéis contar y con ellas hacer otros capítulos sobre esta interesante y familiar calle.
Os espero .