Debido a la "maravillosa" red de transporte publico que tenemos en esta ciudad y a lo frecuentemente que tenemos que soportar los atascos los que vivimos en el 'Area Metropolitana' y no tenemos un ático en el centro de Granada, mas vale echarle imaginación y resignación al tema.
La semana pasada los de Fomento o los que mantienen la autopista decidieron repintar las señales a plena luz del día y parecía que habían elegido las horas puntas del mismo. Cuando ibamos a trabajar, despues de comer, las colas llegaban hasta casi nuestro pueblo, desde la carretera de Malaga. Menos mal que ya conocemos atajos y tratamos de sortear los atascos metiendonos por otras vias 'alternativas'. No las voy a decir, obviamente, porque entonces ya no lo serían.
Otra posibilidad es quedarse en ellos y echar la siesta, hacer pildorillas, charlar con el vecino de carril, peinarse, ponerse crema en las manos (yo llevo una bolsita de aseo en el coche para estos menesteres), perfumarse, echarle un vistazo a la prensa, o hacer fotos por la ventanilla. Esta es mi favorita. Y es evidente que todas estas actividades solo se pueden hacer si no eres el piloto.
Al piloto le toca cabrearse una y otra vez, además de por el atasco en si, por las habilidades de algunos conductores para sortear los pirinolos de señalización de obras y adelantar por la derecha, y por la facilidad que otros tienen para que se les quede la mano pegada al claxón, o bien la mirada fija en el accidente que ha habido hace unos minutos en la otra dirección. Y ya el atasco es doble.
En fin, cuando nos toque la lotería y nos compremos el ático procuraré que tenga buenas vistas para hacer las fotos desde la terraza, sin tener que cojer la carretera para hacerlas. Pero, en el fondo, muy en el fondo, los echaré de menos.
Nosotros no tenemos un ático pero yo puedo ir caminando al trabajo. Te invito a que vengas un día a hacer fotos desde nuestras ventanas, o desde mi camino al cole, el Paseo de las Palmas. El jueves pasado tuve un amanecer... precioso. Ya sabes donde estamos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu ofrecimiento, Mary. Hoy hemos pasado cerca de tu casa cuando volviamos de la excursión de la bici. ¡Vaya animación por el camino del río!
ResponderEliminar¿Y qué hacias despierta tan temprano como para ver amanecer?
Besos para todos
Ir al cole. Que a esas horas es cuando sale el sol. Aunque a partir de mañana volveré a salir de noche. Un beso
ResponderEliminarCreo que tendrías que aprovechar los atascos para emparejar calcetines, aparte de hacer fotos. Se podría hacer un fondo y a través de correos, que sale bien de precio, enviarte los sueltos desde todos los lugares del mundo. Despues de buscar la pareja mas apropiada, que no necesariamente ha de ser igual, podrías hacer una foto para un poster enorme, que yo colgaria en la entrada de mi casa
ResponderEliminarJe, je. Me parece una idea fantstica, brazos sueltos. Incluso podría hacer un blog dedicado solamente a los calcetines desparejados que cada uno guarda en los rincones de su casa. Luego, juntarlos todos como tu dices y ademas de hacer un poster con la foto, escribir una novela contando la historia de cada uno, hacer una peli, un programa de televisión, una revista, una tesis doctoral, varias canciones, .... ¿se te ocurre algo mas?
ResponderEliminarNo hemos tocado el tema de la confección, que es también muy sugerente. Se podrían hacer vestidos de calcetines desparejados, con aplicaciones de fotos de calcetines desparejados. Sí otros han triunfado con cosas parecidas... solo nos falta un manager. Desde este espacio virtual quizás aparezca el/la apropiado/a. Yo buscaré bibliografía sobre el tema antes de que los brazos se me lien en horas de trabajo sin remedio
ResponderEliminarJua, jua. Es que me parto. Tambien se me ocurre que me los podría llevar a clase y con ese pretexto, provocar conversaciones en inglés con mis alumnos. Algo asi como, what colour is your disparejado sock? Mine is black...and so on. Creo que la Consejería de Educación me pondría un monumento y me subvencionaría un proyecto educativo con fundamento, como el Arguiñano.
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