.. ya sabes mi paradero - en el frente de Gandesa, primera linea de fuego."
Eso decía la canción, pero yo no me fui a Gandesa a la primera línea de fuego sino a un Campamento Internacional de Verano, de esos que organizaba la Sección Juvenil del Movimiento - no me preguntéis de qué Movimiento hablo .
¡Qué joven! En Peñíscola |
Nosotros solamente teníamos que cargar la tierra que los expertos arqueólogos habían sacado de la excavación en unas carretillas
de mano y la llevábamos hasta unos vertederos cercanos. Algunos privilegiados entre nosotros, con unos pequeños
cepillitos o pinceles, limpiaban de tierra los restos de cerámica que los profesores dejaban
pasar por sus manos. Tuvimos suerte de no desenterrar ningún proyectil sin estallar, los restos de la batalla del Ebro, pero si era fácil encontrar por esa zona correas o restos metálicos que no eran de la edad del bronce, sino de la edad de la lucha, el dolor y la miseria.
En realidad, nuestros días en aquel campo de trabajo eran mas bien unas vacaciones pagadas por el Ministerio de Educación - entonces no había Ministerio de la Juventud - para dar una imagen de un país culto, avanzado y preocupado por sus jóvenes entre los estudiantes extranjeros, que eran mayoría en aquel grupo. Era el verano de 1973, Franco aun vivía pero el régimen hacia lo posible e imposible por lavarse un poco la cara.
Lo hicieran por el motivo que lo hicieran, nosotros lo pasamos en grande: solo trabajábamos un par de horas por las mañanas, y por las tardes, nos llevaban de rutas turísticas por los alrededores.
Excursión a La Fontcalda |
Así conocí yo la Cataluña de esta parte del Ebro, rincones pintorescos como La Fontcalda o pueblos como Pinell de Brai y Mora de Ebro o Tortosa, algunos pueblos hermosos de la provincia de Teruel, como Calaceite, y los pueblos turísticos de la Costa Dorada, Salou, Cambrils, Peñíscola. Todo me parecía nuevo y maravilloso. No aprendí nada de arqueología, pero pude practicar mis conocimientos de inglés, francés y catalán.
Buenas comidas, siempre |
Mis nuevos amigos del campamento me contaban historias de sus vidas y sus países que a mi me parecían venidas de otro planeta. Guardo un recuerdo especial de una pareja joven de belgas, Monique y Jorge, que practicaban su español porque tenían planeado emigrar a Venezuela. Decían que en su país no había trabajo y Venezuela, tras la crisis del petróleo del año 73, era un país con un gran futuro. (¡Y tanto!)
Me encantan sus canciones desde entonces |
Allí descubrí a Leonard Cohen y me enamoré de él. Con mis amigos de Gandesa descubrí también que el catalán no era solo la lengua de las canciones progres de Raimon, Pi de la Serra o Serrat que cantábamos a voz en grito por el pasillo de nuestra casa, sino que la gente de verdad, la gente de aquel pueblo hablaba en catalán. Y yo también hablaba en catalán con ellos que no podían creer que los entendiese.
Fue un buen campamento. A mí me abrió los ojos, a los guiris puede que les abriera el apetito, porque nos preparaban unas comidas excelentes y nos trataron a cuerpo de reyes.
No nos importaba dormir en las literas que habían colocado en las dependencias de la escuela municipal, ni que los aseos tuvieran pocas duchas - total, solo las usábamos las dos chicas de Murcia, Alicia y Fátima, y yo; ya sabéis: las inglesas, las francesas y las alemanas se lavan, o se lavaban, a trocitos con sus manoplas, metiendo los pies en el lavabo. Yo me partía de risa viéndolas hacer contorsiones para poder quitarse el polvo de la excavación arqueológica y el sudor de los días de verano.
Fuego de campamento con galletas |
Si los días eran intensos, las veladas eran eternas: en el patio de tierra de la escuela hacíamos hogueras, como en un antiguo campamento de boy scouts, y alrededor cantábamos, reíamos, comíamos galletas y bebíamos.
NOTA FINAL:
He encontrado nuestro yacimiento arqueológico en la página web del Museo de Arqueología de Cataluña (MAC). Se trata del COLL DEL MORO. Esto es lo que dicen en esta pagina:
El
poblado ibérico del Coll del Moro, en el municipio de Gandesa (Terra
Alta) es un notable ejemplo de asentamiento artesanal y manufacturero
del pueblo ibérico de los Ilercavons. Su
estratégica posición apunta a que sería un asentamiento importante para
controlar los intercambios comerciales entre la costa y las tierras del
interior. .....
En un blog, CULTURA Y TURISMO, he encontrado esta información:
El Coll del Moro ofrece una estupenda panorámica del pla o llanura de Gandesa y de las sierras de Montsagres. Aquí se ubicó por ello un puesto de mando de observación del Ejército Nacional durante la Batalla del Ebro en la Guerra Civil, visitado por el general Franco desde su residencia en Calaceite.
Ahora me doy cuenta de que era un yacimiento importante y en las fotos actuales se pueden observar restos de construcciones defensivas y pozos, pero os aseguro que el verano que yo estuve allí, no había mas que mucha piedras amontonadas en lo alto de una pequeña colina. ¡¡Nosotros, los arqueólogos de la Universidad de Barcelona y sus jóvenes ayudantes hicimos un buen trabajo!!
Fuimos pioneros y fuimos felices. Qué suerte haber tenido veranos así.