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Tengo otra ventana en la cocina - Esta es su historia |
Me sentí tan perdida con la nueva tarea de mi clase de cerámica, modelar un mural, que lo único que se me ocurrió fue buscar inspiración para el motivo entre mis fotografías.
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Aquí lo podéis apreciar. Un poco siniestro, ¿no? |
Ya os conté, en mi primer post sobre mis clases en La Oficina de la Cerámica, que el único mural
que hice en la Escuela de Artes y Oficios quedó tan triste y sombrío que lo colgué en un rincón de la entrada de casa detrás de las enormes hojas de una maceta de 'orejas de elefante' para no tirarlo a la basura y que pasara lo mas desapercibido posible.
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Ventana de Banon - Provenza |
Pero ahora, yo quería hacer
algo muy diferente. Y de entre toda mi colección de ventanas alegres, luminosas, coloridas y llenas de detalles de la Provenza,
escogí unas cuantas y con ellas hice el primer boceto.
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Ventana de Reillanne con sapo- Provenza |
Y al pasarlo al barro, quedó así.
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Primer día de trabajo en el mural |
En la clase de la semana siguiente, cuando ya el barro se
había secado, puse el engobe -el barro de colores- en la pared de la casa y en
el macetero, y quedó como veis aquí y mas tarde Carmen coció en el horno nuestros murales por primera vez.
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Tras la 1ª cocción - con los esmaltes sin cocer |
Finalmente puse el esmalte de color azul en los postigos, el esmalte transparente para dar brillo en los marcos de la ventana y, sobre
todo, puse unos pedacitos de cristal azul para hacer los cristales de la ventana. Ese
detalle final me encantó. Creo que es lo que realza el encanto de esta pequeña
ventanita provenzal.
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