jueves, 21 de abril de 2016

Historia de una ventana - Clases de cerámica 3

Tengo otra ventana en la cocina - Esta es su historia

Me sentí tan perdida con la nueva tarea de mi clase de cerámica, modelar un mural, que lo único  que se me ocurrió fue buscar inspiración para el motivo entre mis fotografías.  
Aquí lo podéis apreciar. Un poco siniestro, ¿no?
 
Ya os conté, en mi primer post sobre mis clases en La Oficina de la Cerámica, que el único mural que hice en la Escuela de Artes y Oficios  quedó tan triste y sombrío que lo colgué en un rincón de la entrada de casa detrás de las enormes hojas de una maceta de 'orejas de elefante' para no tirarlo a la basura y que pasara lo mas desapercibido posible.



Ventana de Banon - Provenza

Pero ahora, yo quería  hacer algo muy diferente.   Y de entre toda mi colección de ventanas alegres, luminosas, coloridas y llenas de detalles de la Provenza, escogí unas cuantas y con ellas hice el primer boceto. 
El sapo en el alfeizar
Ventana de Reillanne con sapo- Provenza


Y al pasarlo al barro, quedó así. 

Primer día de trabajo en el mural

En la clase de la semana siguiente, cuando ya el barro se había secado, puse el engobe -el barro de colores- en la pared de la casa y en el macetero, y quedó como veis aquí y mas tarde Carmen coció en el horno nuestros murales por primera vez.


 
Tras la 1ª cocción con los esmaltes sin cocer
 
Finalmente puse el esmalte de color azul en los postigos, el esmalte transparente para dar brillo en los marcos de la ventana y, sobre todo, puse unos pedacitos de cristal azul para hacer los cristales de la ventana. Ese detalle final me encantó. Creo que es lo que realza el encanto de esta pequeña ventanita provenzal.

¡¡Con cristales de verdad!!
 
Ayer Carmen nos dio nuestros murales, y yo estoy feliz con mi ventana porque creo que ha quedado preciosa y porque me sentía tan perdida cuando la empecé y tan inútil para el modelado que creí que no saldría nada decente.
El pajarito

 Pero Carmen, mi profe de cerámica, como ya os he dicho, es una chica que nos motiva y nos anima constantemente. Siempre ve el aspecto positivo de nuestras 'obras de arte' e ignora, por supuesto que a propósito, nuestros fallos de alumnas novatas y un poco torpes porque sabe que estamos deseando aprender y disfrutamos cada momento de nuestras clases en su taller.
Con florecitas en el macetero

 Desde aquí le mando un besos a ella y  mis compañeras de taller, Teresa, Ellen y Paqui, por la fantástica experiencia que está siendo este taller de cerámica. Se que leen mi blog de vez en cuando y por eso también les mando otro beso.

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