martes, 30 de abril de 2013

La Abadía del Sacromonte



La Abadía desde el reloj de sol del Parque de Invierno- Veáse el techo derrumbado
Ahora que está tan de moda escribir novelas históricas con más leyenda que realidad, alguien debería  mirar hacia esta Abadía y sus catacumbas y sacarle algo de partido. No seré yo, que no se escribir más de diez palabras seguidas. Yo solamente puedo poner las fotos y algo de mis recuerdos.


Santo de cera, con el cuello cortado
No sé por qué  a las Teresianas les gustaba tanto la Abadía del Sacromonte. el caso es que a mí me llevaron varias veces a ver las Santas Cuevas de San Cecilio, donde se decía habían aparecido los restos de unos mártires cristianos y unos libros escritos en plomo. Creo que desde entonces odio las figuras de cera y los animales disecados.
Relicarios
Recuerdo aquellas siniestras catacumbas: unos húmedos pasillos bajo tierra con recovecos con luces mortecinas que iluminaban a unos santos de cera, uno tenía la cabeza cortada y le brotaba sangre y junto a ellos, unos objetos llenos de reliquias.
Piedra de la separación

Piedra del Amor

En unos huecos de la pared había dos piedras: si besabas la primera te casabas ese año, si besabas la segunda te descasabas al poco tiempo. Era junto a una de estas piedras donde, según la tradición, se habían encontrado los huesos de San Cecilio y sus compañeros mártires. Aquí podéis ver estas curiosas piedras del amor y el desamor.


    Entonces no nos enseñaban ni el colegio, porque aún había niños allí estudiando, ni la biblioteca, ni la iglesia, ni los patios del edificio principal. El Colegio internado del Sacromonte cerró en 1975, yo conocí a mucha gente que había estudiado allí. Creo que si sobrevivieron a aquel frío nos  sobrevivirán a todos nosotros.  

Simbolos en la Abadía


 De mi época de Facultad recuerdo que se hablaba muchos sobre aquellos misteriosos  libros plúmbeos. Una ingeniosa falsificación que acabó guardada en Roma durante varios siglos por herética hasta que hace unos años ¡por fin! volvieron a Granada (Por cierto, antes que la Dama de Baza).  Recuerdo a Miguel Hagerty un profesor de árabe que "fue el primer traductor de los libros plúmbeos del Sacromonte, que dieron origen a la invención de San Cecilio y a la leyenda de los mártiressacromontanos." En los pasillos y la cafetería del Palacio de las Columnas las leyendas sobre la sabiduría de este profesor y sus investigaciones de temas esotéricos circulaban de forma casi tan clandestina como los panfletos que volaban sobre nuestras cabezas en  cualquier día de protesta política.

Ahora, en el Museo de la Abadía, se pueden ver unas copias de estos libros plúmbeos: en realidad son unas planchas circulares pequeñas escritas en árabe que se enganchaban unas con otras con una cuerda. Parece mentira que esos pequeños discos plúmbeos hayan dado para tanta historia.

Por cierto, acabo de leer que han hecho una película sobre el tema que se estrenará este verano:  El Enigma de los Libros Plúmbeos. 
Quizás entonces la gente empiece a hablar de la Abadía y  será una ocasión maravillosa para volver a visitarla y tratar de que la gente la conozca y no termine cayéndose a pedazos, cosa que puede suceder cualquier día de estos. (Ver el tejado en la primera foto)

Bueno, toda esta historia ha venido al blog porque el miércoles pasado subí con los alumnos y otra profe a la Abadía y a visitar la Casa Madre del Ave María fundada por el Padre Manjón (eso lo contaré otro día). 
La excursión fue fantástica, el tiempo nos acompañó, el paisaje desde la Abadía era brillante como en el mejor día de la primavera, los alumnos se portaron muy bien y la guía que nos explicó el museo y la iglesia lo hizo estupendamente, era una autentica experta en los temas que trató con nosotros.
Visita escolar







Y además, casualidades de la vida, haciendo limpieza entre mi colección de piedras y conchas marinas me encontré este pequeño recuerdo que no se dónde ha podido salir, pero que me encanta. No sé por qué me acordé del Muro de Berlín. jejeje
La Piedra del Amor - Sacromonte
















  


5 comentarios:

  1. La fijación de las teresianas con el Sacromonte debía de ser congénita, pues a mí también me llevaron en tiempos más remotos que los tuyos, pero sin que entonces supiera lo que he sabido luego sobre los libros plúmbeos.

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  2. Acabo de leer todo tu post, comentarios incluidos, para que no te quejes, como haces en un post tuyo reciente, y veo que tus conocimientos son muy amplios. Yo solo quería contar mis recuerdos.

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  3. Pero tus recuerdos del Sacromonte son más recientes que los míos, ya que no he subido desde hace muchos años y ni me acuerdo de lo que vi. Visitarlo es una de mis muchas asignaturas pendientes que, probablemente, se quedarán pendientes para los restos.

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  4. OH!!

    La misma Pilar Flores que me tachó pistol y escribió GUN en una redacción de inglés por, siempre según ella, inventarme la palabra bajándome de 10 a un 8 la nota. Imagino que la proyección internacional de un alumno del Manjón debía estar limitada a este lado del atlántico. Nice to see you again!

    Saludos

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  5. Querido anónimo alumno, aunque no escribes tu nombre porque, con buen criterio, piensas que lo he debido olvidar, puedo ver que nunca olvidaste cómo se decía 'pistola' que era lo que yo trataba de enseñarte con esa 'tremenda' bajada de nota en una simple composición.
    Está bien no olvidar ni a los profesores ni lo que nos enseñaron.
    Un fuerte abrazo, manjoniano!!
    Nice to 'see' you too!!

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