En la casa de mi madre, en la salita, encima del bargueño, hay un cuadro pintado por D. Mariano de la Paz, una marina. Se ven las olas, la playa y unas rocas. En la playa hay un bote pequeño abandonado, gastado por las tormentas, el agua, la sal y el paso del tiempo. Tanto tiempo como yo me he pasado mirándolo y tanto tiempo como tiene ese castillo de la foto en mitad del mar, golpeado por las mareas y las olas.
Si tenéis un rato y ganas de andar, ir a ver la plata de Sancti Petri. Se extiende mas allá de la Playa de la Barrosa. En otros tiempos, según cuentan las leyendas, las dunas y los pinos llegaban hasta la orilla. Hoy solo hay urbanizaciones y casas que se han comido la arena.
Pero hay aun lugares mágicos y solitarios donde no hay casas, solo arena, mar, conchas trituradas y rocas. Tantas rocas que es imposible bañarse sin destrozarse el cuerpo. Quizá esa sea la explicación de que las casas aún no hayan aparecido por lo alto de las dunas.
Por si acaso algún día alguien descubre este pequeño paraíso y decide cargárselo, id a verlo antes de que sea tarde.
lunes, 7 de junio de 2010
La Marina
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Tienes razón, estuve el año pasado por este tiempo allí y es muy bonito. A pesar de los vendavales
ResponderEliminarNosotros tuvimos suerte con el tiempo. Este Corpus ha sido autentico verano, ¡no como hoy que hemos vuelto al otoño!!
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