Cuando eramos pequeños y nos obligaban durante la Semana Santa a jugar sin hacer ruido, a no chillar y a estar aguantando esas tremendas sesiones de oficios, misas y rezos, lo mejor de todas las vacaciones venía con el Domingo de Pascua. Por fin, podíamos volver a ser niños. Es obvio que no voy a descubrir nada nuevo si digo que lo que las religiones conmemoran en estas fechas en el fondo es lo que todas las civilizaciones han celebrado: el comienzo de la primavera, del buen tiempo y de la floración de la naturaleza. Cada país o región o ciudad lo hace a su manera, e incluso cada familia tiene sus propias costumbres. Algo así como la Navidad o los Carnavales: cada cual lo disfruta a su modo. En estos días que hemos estado en Berlín, me propuse traerme una colección de fotos para enseñaros cómo lo celebran allí.
Vi adornos de Pascua por todos sitios: escaparates, restaurantes, tiendas, paredes.
Pero lo que mas me llamó la atención fueron estos huevos colgando de unas ramas en un callejón lleno de pintadas, graffiti y baretos alternativos:
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