Hoy he leido en un suplemento dominical que las ramas de este árbol, casi mágico para los orientales, volvieron a brotar al poco tiempo a muy poca distancia de donde, ahora hace 60 años, cayeron las bombas atómicas. Es un árbol del tiempo de los dinosaurios y también es del otoño, que es cuando hay que buscarlos donde estén para hacerles fotos y quedarse bajo sus hojas amarillas oyendo su mensaje de supervivencia.
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