viernes, 23 de mayo de 2025

Nunca es suficiente

La vida de un turista es dura porque piensa que nunca ha visto lo suficiente.

La Bourse - en la Canebière

 Aquel día en nuestro paseo por las calles del centro de la ciudad, vimos el impresionante edificio de la Bourse, hoy convertido en Museo en la Canebière la calle más conocida de Marsella. 

Llegamos hasta el Vieux Port donde yo me fotografié - como siempre hago, y cuando voy acompañada más aún- en el espejo del techo de la marquesina de Foster. 
Las tres hermanas en la marquesina de Foster
 

Ayuntamiento 

La marquesina en el Vieux Port

Jabón de Marsella, claro
Le Panier
Admiramos el magnifico edificio del Ayuntamiento y subimos al Panier, el barrio antiguo de la ciudad. Recorrimos sus estrechas calles y curioseamos por las pequeñas y maravillosas tiendas de artesanía, dulces y  jabones. 
Interior de la Catedral
Entramos en la Catedral y paseamos por la explanada que hay a su alrededor. A lo lejos veíamos el MUCEM y la Villa Méditerranée, dos modernos edificios que se construyeron con motivo de la Capitalidad Europea de la ciudad de Marsella en 2013.
Detalles artesanales y ecológicos - Le Panier

Nos dirigíamos  hacia estos dos modernos edificios y en la bahía se divisaba el Archipiélago de Frioul.  

Ni siquiera habíamos comenzado la visita a estos nuevos museos y yo ya estaba maquinando qué hacer a continuación.

Villa Méditerranée y MUCEM
Le dije a Pedro, --Podríamos coger uno de los barcos del puerto e ir también a las islas de Frioul. Me gustaría ver el Castillo de If y tratar de encontrar la celda del Conde de Montecristo.  Y señalé al fondo con la cabeza.

Castillo de If


Me parece que me había dejado con mis fotos y mis planes turísticos e iba pensando en sus cosas, porque cuando vio que yo señalaba hacia el mar con la cabeza, él apuntó con su mano al  impresionante barco atracado junto al MUCEM y dijo, -- ¿Qué dices?¿Quieres ir allí? ¿Te gustaría ir de crucero?

Y yo contesté, --¡¡Si, por supuesto. Es justo lo que estaba pensando!!

lunes, 5 de mayo de 2025

El gran apagón

Unos cuantos 'plomos'
  Cuando mi padre ya se había cerciorado de que no había dejado a ninguno de nosotros olvidado en un rincón de la casa, de que la puerta del frigorífico, vacío como para que se despeñaran los ratones, tenía la puerta abierta, cuando ya había cerrado la llave de paso del agua, había bajado todas las persianas, cerrado toda las ventanas y puertas y no quedaba nada más que hacer en una casa silenciosa y tan vacía como un desierto, lo último que mi padre hacía, cuando nos íbamos a pasar un mes de vacaciones en verano, era quitar los plomos: quitar las placas de porcelana blanca que cubrían los fusibles y que eran lo que vulgarmente nosotros conocíamos como los plomos.

Las dejaba alineadas encima del poyo de mármol de la cocina. Había tres pequeñas y dos grandes, porque, en una casa antigua como aquella, había corriente a 125v y a 230v, algo que nunca entendí muy bien qué significaba, pero si sabía que debía tener cuidado de no enchufar el flexo en un enchufe que no le correspondiera porque - entonces sí que saltaban los plomos.

Desconectados - así estuvimos

Como, por lo visto, saltaron el lunes pasado. Solo que en este caso no se solucionó el problema cambiando el hilito de cobre que mi padre ponía entre las dos plaquitas metálicas, cosa que en casa todos y todas aprendimos a hacer, porque los plomos saltaban con mucha facilidad.  Pero este lunes pasado no hubo solución más que esperar sin luz, sin electricidad, sin móvil, sin comunicaciones.

Porque lo curioso es que con aquel sistema tan rudimentario que teníamos de electricidad, el teléfono sí que funcionaba cuando se iban los plomos. A mi aquello me parecía mágico.

Teléfono fijo

En una ocasión en que volví con mis padres a la casa al final de las vacaciones, antes de que él hubiera colocado las placas cerámicas en su sitio, me dijo - Llama a tus hermanos a la playa y les dices que ya estamos en casa. - Pero, papá, ¿cómo voy a llamar si no has puesto los plomos aun? - Pedazo de tabardillo, -me dijo-, con lo lista que eres ¿no sabes que el teléfono no necesita electricidad para funcionar?

A oscuras me fui a dormir

¡No, no lo sabía!! Ahora ya si lo sé. Pero ya no me sirve porque ahora todos los teléfonos necesitan electricidad… y por eso nos quedamos colgados el lunes sin poder comunicarnos.

Ahora todo funciona con electricidad.  Y así nos va!