Dormitorio y estudio |
El piso tenia lo preciso para un estudiante que viviera allí solo. Una taza, un plato hondo, uno llano y dos pequeños, un cubierto, un pequeño cazo y una pequeña sartén y poco más. Yo no encontré la tostadora, ni la batidora, ni el calienta agua, ni otros lujos.
Cocina y comedor |
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Un bazar chino - de todo |
Pero, claro…
era un piso de estudiante. Menos mal que Elvi nos prestó el menaje que nos hizo
falta, que, al finalizar nuestra
estancia devolvimos a su casa, junto con el edredón, las sábanas y las toalla
que yo me había llevado desde Granada.
¿Para qué hacerles hacer el viaje de vuelta? A ella le venían bien y a mi
también dejarlas allí para otros viajes u otros invitados.
En el
siguiente piso, uno ya grande con varias habitaciones donde vivía una familia
normal, no un estudiante solitario, había de todo. Y no tuvimos ningún
problema. Excepto la falta de recogedor de rabo largo - ¡Qué pesados son los
franceses!!
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Ventilador con luz |
El año que
fuimos a Cartagena tuvimos un piso amplio, limpio, cómodo y moderno. Tan
moderno que no logré encontrar el interruptor de la luz de la cocina por ningún
sitio. Al final, pero ya en casa, descubrí que la luz estaba en el ventilador pero
era otoño cuando estuvimos allí y ya no hacía calor. ¿A quién se le hubiera
ocurrido ese truco? Truco, que descubrí cuando nosotros pusimos ventiladores-
con luz- en casa el siguiente verano.
Mi amiga Maud, que tenía muchísima experiencia en hacer intercambio de casa y que ha viajado así con la familia por todo el mundo, me contó algunas de estas diferencias que ella encontraba entre sus costumbres suecas y las de otros países. Y decía que todos los que viajamos compartiendo casas pasamos por estas experiencias.
Ella, sin embargo, recordaba
como lo más chocante de todo, aquel año que dejó su casa en Malmo a una familia
inglesa. En casa de Maud había de todo: eran la pareja y tres hijos y llevaban
viviendo allí mucho tiempo. Yo, cuando estuve con ellos, no eché en falta nada
; pero aquel hombre inglés, cuando le devolvió la llave de la casa y le comentó
lo bien que habían estado, le dijo - Solo
hay una cosas que no he encontrado por ningún sitio. ¿Donde guardan ustedes la
jarrita de la leche?? Como no la encontré, le compré una!
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Una nube de leche, por favor |
¡Malditos ingleses y su eterna costumbre de poner una nube de leche en el té!
A mi amiga Maud le hubiera comprado muchas jarritas |