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lunes, 5 de mayo de 2025

El gran apagón

Unos cuantos 'plomos'
  Cuando mi padre ya se había cerciorado de que no había dejado a ninguno de nosotros olvidado en un rincón de la casa, de que la puerta del frigorífico, vacío como para que se despeñaran los ratones, tenía la puerta abierta, cuando ya había cerrado la llave de paso del agua, había bajado todas las persianas, cerrado toda las ventanas y puertas y no quedaba nada más que hacer en una casa silenciosa y tan vacía como un desierto, lo último que mi padre hacía, cuando nos íbamos a pasar un mes de vacaciones en verano, era quitar los plomos: quitar las placas de porcelana blanca que cubrían los fusibles y que eran lo que vulgarmente nosotros conocíamos como los plomos.

Las dejaba alineadas encima del poyo de mármol de la cocina. Había tres pequeñas y dos grandes, porque, en una casa antigua como aquella, había corriente a 125v y a 230v, algo que nunca entendí muy bien qué significaba, pero si sabía que debía tener cuidado de no enchufar el flexo en un enchufe que no le correspondiera porque - entonces sí que saltaban los plomos.

Desconectados - así estuvimos

Como, por lo visto, saltaron el lunes pasado. Solo que en este caso no se solucionó el problema cambiando el hilito de cobre que mi padre ponía entre las dos plaquitas metálicas, cosa que en casa todos y todas aprendimos a hacer, porque los plomos saltaban con mucha facilidad.  Pero este lunes pasado no hubo solución más que esperar sin luz, sin electricidad, sin móvil, sin comunicaciones.

Porque lo curioso es que con aquel sistema tan rudimentario que teníamos de electricidad, el teléfono sí que funcionaba cuando se iban los plomos. A mi aquello me parecía mágico.

Teléfono fijo

En una ocasión en que volví con mis padres a la casa al final de las vacaciones, antes de que él hubiera colocado las placas cerámicas en su sitio, me dijo - Llama a tus hermanos a la playa y les dices que ya estamos en casa. - Pero, papá, ¿cómo voy a llamar si no has puesto los plomos aun? - Pedazo de tabardillo, -me dijo-, con lo lista que eres ¿no sabes que el teléfono no necesita electricidad para funcionar?

A oscuras me fui a dormir

¡No, no lo sabía!! Ahora ya si lo sé. Pero ya no me sirve porque ahora todos los teléfonos necesitan electricidad… y por eso nos quedamos colgados el lunes sin poder comunicarnos.

Ahora todo funciona con electricidad.  Y así nos va!


9 comentarios:

  1. Recuerda que hubo un paso intermedio, cuando funcionaba uno de esos teléfonos y el otro no. Funcionaba el fijo, pero no el inalámbrico, que ese sí va enchufado a la pared.

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    1. Llevas razón y me hubiera gustado sobre todo encontrar una foto de un teléfono antiguo, de esos que había que darle vueltas al disco para marcar los números, ¡nada de apretar teclas!

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    2. Después de leer tu comentario el otro día, recordé cuando visitaba a una parienta, que tenía todavía unos de esos teléfonos de disco y siempre me daban ganas de hacerle una foto, pero no tenía mucha confianza con ella y nunca me atreví a decirle nada por si le molestaba. Luego se murió, los hijos vaciaron el piso y aquella reliquia iría al contenedor.

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    3. Qué pena. Yo no logré tampoco una foto de esos viejos teléfonos! Me hubiera venido muy bien ahora para esta entrada del blog! Espera.... creo que si que vi uno en el mercadillo de antigüedades de Maracena y le hice una foto. Creo que lo subiré al flickr! Jajaja

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    4. Qué buen relato. Hermoso recuerdo. Abrazo grandote

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  2. El caso es que los móviles funcionaban al principio del apagón y poco a poco solo los mensajes y ya a las cinco de la tarde ni eso... Se fueron apagando de a poquito.

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    1. Se fueron desinflando.... como nosotros!!

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    2. Pues en Albolote hubo ayer un apagón de 8 horas.

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    3. Ya. Menudo susto me llevé a las cuatro de la mañana cuando me levanté para ir al baño y me di cuenta de que estábamos a oscuras total de nuevo. Pero no lo comenté porque al final solo fue en el pueblo y no conviene lavar los trapos sucios en público. Pero es un rollo y ahora amenazan con volvernos a cortar la electricidad la semana próxima. Parece que tenemos una buena avería.

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